Tiempo de amor, confraternidad, unión familiar, celebraciones y fiestas, algarabía, movimiento económico, regalos. Todo lo anterior es fabuloso, más, si lo acompañáramos con reflexiones frecuentes, cobrarían sentido en mayor proporción. Para reflexionar solo hay que colocarse en una posición cómoda y pensar.
Pensar profundamente sobre lo que se ha hecho, si resultó, si no lo hizo cambiar el accionar buscando otras formas, es lo siguiente.
Pensaracerca de los sentimientos y actitudes, del tratamiento a los familiares, amigos y desconocidos. No importa si se es esposa/o, hijo/a, hermano/a, pareja romántica o simplemente amiga/o, lo ideal es pensar en que se ha hecho para que la relación sea cada vez más gratificante y a partir de ahí hurgar dentro de ti para mantenerla.
Muchas relaciones se laceran porque no se invierte tiempo y energía en ellas.
El amor es imprescindible, también mantener ese amor en óptimas condiciones.Una táctica es pensar que le gustaría o no a la otra persona y actuar en consecuencia, además, manifestar con palabras ese afecto y demostrar con hechos a esa persona lo importante que es para ti.
Tantas cosas para reflexionar en el fin de año que servirán para el resto de la vida, sólo invirtiendo unos momentos durante cada día. Sugiero terminar el año en reflexión acerca del amor en todas sus vertientes, la humanización, los deberes, los valores, las responsabilidades, los sentimientos.
Siempre comprometidos con la sinceridad, la compasión, el amor incondicional, el respeto, la prudencia y la cordura. Feliz Navidad. Contacto 809-853-3985