Nuestro país, en especial una parte de la población, se encuentra pasando por momentos dolorosos a causa de los estragos que dejó el paso de un evento de la naturaleza en el fin de semana.
Perdidas materiales, pero básicamente las pérdidas humanas nos mantienen afectados a muchos emocionalmente y llenos de sufrimiento físico y espiritual a los que perdieron a sus familiares y amigos.
Mis condolencias sinceras a los afectados. Leo y escucho que algunos de los accidentes ocurridos se pudieron evitar si las estructuras hubieran sido más adecuadas o se hubieran resuelto algunos inconvenientes que en su momento se denunciaron.
Extrapolando lo expresado a la vida en pareja y familiar, me hace pensar en que, con frecuencia, se presentan inconvenientes y trastornos que aunque sabemos que existen, pensamos que jamás van a provocar males mayores.
Es bueno ser optimista y siempre esperar lo mejor de cada situación; sin embargo, también ser realistas entendiendo que de no chequear los cimientos y estructura de pareja y familia buscando solución a las brechas y grietas que se presenten, pudiera desmoronarse y colapsar.
La pareja es la base de la estructura familiar. De no estar bien, puede producirse un desbalance y desfase de ella y terminar en desastre.
Recomiendo para el fortalecimiento de la estructura familiar: mucha conversación entre miembros de las parejas y estos con sus hijos, asertividad en la comunicación, normas y límites claros, apoyo constante entre todos, comprensión, compasión, solidaridad, empatía y principalmente demostrar sus afectos en cada ocasión que se presente.