La llegada de un aniversario más siempre será motivo de júbilo, y para EL DÍA no es la excepción. Somos un diario que aun mantiene en su plantilla una parte importante de editores, reporteros, fotógrafos, diseñadores, vendedores y personal administrativo que ha estado desde su fundación.

Eso nos llena de satisfacción, porque habla de la estabilidad del equipo y el ambiente de que se mantiene muy a pesar de las tensiones que provoca el tener que editar un periódico cada día.

EL DÍA se fundó en medio de un ambiente nacional de pleno respeto a la libertad de expresión y la libertad de prensa, dos principios innegociables que en los últimos meses empiezan a ser amenazados con la aprobación de leyes que violentan abiertamente esos dos derechos.

El Congreso Nacional aprobó unas leyes, la de Partidos y la de Régimen Electoral, que representan un retroceso que nos devuelve al pórtico de la era de la tiranía, en la que se intenta reprimir, incluso con amenazas de cárcel, el derecho a opinar sobre figuras políticas cuando esas opiniones no sean lisonjeras o neutras.

Cuando el mundo se encamina a la despenalización de las ofensas de palabra, nuestros congresistas dan media vuelta e imponen prisión hasta por emitir “comentarios negativos”, una figura que se adiciona a las ya penalizadas difamación e injuria.

Así, desde el Congreso, algunos con vocación de trogloditas o con fascinación por el autoritarismo intentan poner una mordaza a la prensa libre por medio de leyes a todas luces inconstitucionales y contrarias a la tendencia mundial.

El intento de nuestros legisladores de amedrentar a la prensa o el derecho de los ciudadanos a expresar ha sido tal que al menos siete leyes vigentes condenan con prisión ofensas o acciones de palabras, superando por mucho las que sancionan los genocidios, el terrorismo, el narcotráfico, la corrupción, los asesinatos y muchos otros delitos de marca mayor.

Aprovechamos el 17 aniversario de EL DÍA para llamar la atención sobre ese entramado legal que se está armando para lanzarse contra la libertad de expresión y la libertad de prensa.