Por Rodrigo Castañeda, Representante de FAO en República Dominicana
Al igual que en otras partes del mundo, la República Dominicana transita en el contexto de doble carga de malnutrición, es decir, la coexistencia de la desnutrición junto al sobrepeso y la obesidad, así como falta de nutrientes esenciales, sobre todo anemia por deficiencia de hierro. Por lo tanto, la comida que recibe el estudiante en la escuela, en muchos casos es el alimento principal del día, es un tema de importancia nacional.
La alimentación escolar debe incluir alimentos nutritivos que forman parte de una dieta saludable, y evitar entregar alimentos o bebidas excesivas en azúcares, sal o grasas, garantizando así una buena nutrición. Las dietas saludables tienen un costo más alto que otro tipo de dietas y son cada vez más difíciles de acceder, por lo que la alimentación escolar es el mecanismo ideal para asegurar el derecho a la alimentación.
En la República Dominicana, que ha avanzado en la reducción del hambre en los últimos años, aún persiste un 6.7% de su población que padece hambre y no logra cubrir sus necesidades mínimas de energía. Asimismo, casi el 6% de los niños menores de 5 años presenta desnutrición crónica, un 7.6% de esa población infantil sobrepeso, y si se analiza la población mayor de 18 años, y el 27.6% sufre de obesidad.
Informaciones recientes presentadas por el INABIE, revelan que más del 30% de los escolares se encuentran en exceso de peso, esto quiere decir que una alimentación escolar con menos azúcares es fundamental para abordar este problema y mejorar las cifras.
Diversos estudios confirman que el consumo de bebidas azucaradas, como el néctar, aumenta la probabilidad de padecer sobrepeso y obesidad, problemas de salud dental, así como diabetes y otras enfermedades crónicas. Por eso, la OMS ha desarrollado recomendaciones para la reducción del consumo de azúcar y la FAO apoya la eliminación de este tipo de alimentos y bebidas, y recomienda la inclusión de frutas y verduras locales en el menú escolar.
Son varios países que ya han impulsado políticas públicas en esta línea: Brasil, Chile, Costa Rica, Panamá y Uruguay han avanzado restringiendo la entrega de estos productos en las escuelas.
En este contexto, INABIE toma la firme decisión de retirar néctares azucarados del menú escolar de 1.8 millones de niños, niñas y adolescentes que participan en el Programa de Alimentación Escolar. Esta es sin duda alguna una medida que asegura la alimentación saludable y la salud de los escolares.
Asimismo, la medida de INABIE de hacer un pilotaje para la inclusión de frutas frescas contribuye a la salud de la población escolar e incentiva la valoración y desarrollo de la agricultura familiar. Esta medida permitirá que los estudiantes de la República Dominicana consuman la cantidad recomendada de este grupo de alimentos que, junto con los vegetales, deben superar los 400 gramos al día o cinco porciones diarias.
Desde la FAO, aplaudimos y apoyamos la decisión de INABIE de avanzar hacia un menú saludable, no solo en cantidad sino en calidad, como realmente se merecen los estudiantes dominicanos.