El término STEM fue acuñado por la National Science Foundation, una agencia federal independiente que apoya la ciencia y la ingeniería de los EE. UU., para referirse a las disciplinas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (Science, Technology, Engineering, Maths).
Dentro de la sociedad, desde hace unos años, se hizo patente la necesidad de incluir en este término la disciplina artística y el diseño. La Escuela de Diseño de Rhode Island recogió este anhelo, contribuyendo a la popularización del acrónimo STEAM, en referencia ahora a ciencia, tecnología, ingeniería, arte y matemáticas.
Las normas de género, los estereotipos negativos, las barreras y la brecha digital de género siguen impidiendo que las niñas desarrollen su potencial (Grañeras et al., 2021). Las instituciones educativas privadas y públicas, así como las iniciativas gubernamentales, tienen un papel decisivo a la hora de desarrollar acciones que corrijan esta situación.
Actualmente, hay iniciativas muy interesantes para promocionar las STEAM entre las chicas, con el objetivo principal de divulgar la ciencia y la tecnología entre los jóvenes. Estos proyectos pretenden fomentar las vocaciones tecnológicas en el colectivo de chicas, con el ánimo de contribuir a poner fin a la brecha de género que existe en profesiones de este ámbito.