Se espera que la ley de régimen electoral no corra la misma suerte que la Ley de Partidos, que aguardó por varios años en el Congreso para su aprobación y aplicación definitiva, aunque tenga algunos entuertos, pero fue lo mejor que pudo ser concertado, de acuerdo a los intereses.
A partir de la ley electoral se podrá regular el financiamiento en la campaña y habrá que identificar quiénes aportan a favor de determinadas candidaturas, evitando así hechos indebidos.