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RD avanza hacia una meta vital: “hambre cero”

El informe “El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo de este año” (SOFI 2025) dado a conocer por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Addis Abeba, capital de Etiopía, revela una leve mejoría en los niveles de hambre que afecta al mundo, aunque no lo suficiente como para que el tema deje de ser una preocupante tragedia.

El estudio establece que entre 638 y 720 millones de personas padecieron hambre en 2024, por lo cual, tomando como base la estimación puntual de 673 millones, representa un descenso de 15 millones de personas desde 2023 y de 22 millones desde 2022.

Aunque la cifra ha disminuido ligeramente respecto a años anteriores (8.5 % en 2023 y 8.7 % en 2022) el 8.2% que prevalece en la actualidad, sigue siendo más alta que antes de la pandemia del COVID-19, que sacudió al mundo en el año 2020.

Las regiones más afectadas por la hambruna son África, con más del 20 % de su población y Asia Occidental, con el 12.7 %; en tanto que América Latina y el Caribe han mostrado avances, con una reducción al 5.1 %.


República Dominicana registra reducciones sostenidas en el tema de hambre o subalimentación, con un índice en el año 2020 de 8.3?%; en el 2023, con 4.5% y en la actualidad, de acuerdo a los datos ofrecidos, con un 3.6%, una de las cifras más bajas de América Latina.

Y, de hecho, como meta nacional figura el propósito de reducir el índice a 2.5%, con lo cual figuraría entre los no muchos países que han sido declarados oficialmente “libre de hambre”, acorde con los estándares internacionales.

Es de ley compartir también los datos que indican que RD ha venido reduciendo los índices de pobreza desde el año 2012, fecha en la que la pobreza general era de 39.07?% y la extrema de 9.9?%.

Ya, para el año 2020 la pobreza general bajó a 30.42% y la extrema a 7% y cuatro años más tarde, en el 2024, se redujo a 18, 98%, la general, y a 2.44%, la extrema.

Constituyen buenas señales las que envían países como República Dominicana, en el que las políticas socioeconómicas de las últimas décadas y la integración eficaz entre los distintos sectores representan piezas angulares para alcanzar esos logros, sobre los cuales, naturalmente, hay que seguir trabajando para expandirlos hasta reducir o sepultar los daños ocasionados por largas décadas.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), aliada estratégica global para combatir el hambre y la inseguridad alimentaria, proclama que la reducción de los índices de subalimentación en República Dominicana, colocados en 3,6%, es un avance importante hacia el objetivo de “hambre cero” y refleja el éxito de las políticas públicas del gobierno, fundamentalmente, las enfocadas a fortalecer la producción agropecuaria y a garantizar el acceso a los alimentos.

Sin dudas, esta nueva reducción coloca a República Dominicana entre los países con más bajos niveles de hambre en la región.

Ojalá que en otras partes del mundo estuviera ocurriendo lo mismo, pero no, no es así: aunque no hay una cifra única y actualizada de muertes globales por hambre, se estima que miles de personas fallecen cada día por causas relacionadas con la desnutrición, especialmente en zonas de conflicto como Sudán, Gaza y partes de África.

Ni hablar, de Haití, donde se estima que el 50% de la población, casi 6 millones de personas, padece inseguridad alimentaria.

De acuerdo a los datos, el hambre causa aproximadamente el 45 % de las muertes en niños menores de 5 años en contextos de crisis humanitaria y sólo el pasado año, 2024, más de 190 millones en ese segmento poblacional sufrieron consecuencias de la desnutrición, afectando su desarrollo físico y mental.

Ante esta innegable realidad, surgen las relevantes palabras del Director General de la FAO, QU Dongyu, quien reconoce los avances, pero los califica como “desiguales”, por lo que considera que hay que seguir buscando que las personas tengan acceso a alimentos suficientes, inocuos y nutritivos:

“Para lograrlo, debemos trabajar de manera colaborativa e innovadora con gobiernos, organizaciones y comunidades a fin de abordar los desafíos específicos que enfrentan las poblaciones vulnerables, especialmente en las regiones donde el hambre sigue siendo persistente”, precisó el funcionario.

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