Rainieri, el joven con inquietudes sociales que se convirtió en un visionario del turismo

Rainieri, el joven con inquietudes sociales que se convirtió en un visionario del turismo

Rainieri, el joven con inquietudes sociales que se convirtió en un visionario del turismo

Frank Rainieri Marranzini

Santo Domingo.Si la hipótesis física de los mundos paralelos que tanta fuerza ha adquirido en el cine en los últimos años fuera cierta, entonces hay por ahí un Frank Rainieri Marranzini con carrera política, un agrónomo, uno que es militar y un hermano de La Salle.

Y aunque tenía aptitudes para cada una de ellas, su misión de vida, el saber aprovechar las oportunidades y la persistencia, le convirtieron en el principal promotor del más importante destino turístico de República Dominicana: Punta Cana.

Primeros años

Cincuenta y dos años de carrera empresarial no parecen haber mermado las energías del adolescente al que Francisco y Venecia (sus padres), enviaron fuera del país luego de la gesta del 14 de junio de 1959, evitando el desenlace que tuvieron muchos de los que se atrevían a pensar pasionalmente en los últimos años de la dictadura y posteriores. “Tuve mucha inquietud social”, confirma Rainieri, luego de los saludos iniciales e impartir una cátedra sobre la situación social, política y económica del país.

Desde sus oficinas en la sede del Grupo Punta Cana, describe su niñez como periodo de vida común.

Frank vivía en la calle Seibo, hoy Julio Verne, en los límites de San Carlos y Gascue, jugaba pelota, se iba en bicicleta al colegio de La Salle, y pasaba las asignaciones escolares con nota promedio para poder, en el verano, irse de vacaciones a la casa de sus tíos Camilo y Alfonsina en San Juan de la Maguana.

Rainieri se recuerda a sí mismo como tímido, pero rebelde; con fuertes valores y principios, los que considera el motor que movió a los hermanos de La Salle a incluirle en el listado de una convocatoria pensada para futuros miembros de la comunidad.

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Salida del país
No obstante, una fotografía de Fidel Castro aparecida en el parqueo de bicicletas de La Salle y que, con su conocimiento fue colocada por un compañero de clases, hizo que sus padres le enviaran a Nueva York a completar sus estudios escolares.

“Me llevaron a un colegio en el fin del mundo sin pretensiones, católico y muy económico, porque mis padres tuvieron que convertir la casa en dos apartamentos y alquilarla y mudarse a una más pequeña para poder pagarlo”.

El empresario ve en la experiencia a un educador.

Cree que la misma le ayudó a formarse y consolidar su personalidad. “No pude regresar durante dos años 4 meses y 21 días porque un primo hermano era el tesorero del movimiento 14 de junio y estaba preso en La Victoria”, dice.

Por la limitante económica ese regreso estaba inicialmente pautado para el 30 de mayo de 1961, pero debido al ajusticiamiento y el rol desempeñado por su padre, del cual se enteró por casualidad posteriormente (participar en esconder a Antonio Imbert Barrera), se retrasó.

“Mi hermano Luis era abogado y mi hermano Fernando era dos años menor que yo y su temperamento era más sociable, yo era el rebelde que podía meterse donde no debía. Todo eso me ayudó a ser más independiente y aprender a desenvolverme en la vida”, comenta.

Influencias juveniles

Retornó al país el 19 de diciembre de 1961, en un momento de catarsis social provocada por el fin de la dictadura y la salida del país de la familia Trujillo.

Llegó cantando Navidad con Libertad y participando de las escaramuzas juveniles de la época, incluyendo el lanzamiento de algunas piedras a tropas de la Fuerza Aérea. Para entonces Rainieri, que aparentaba sería político y no empresario, empezó a cuestionarse qué haría con su futuro.

“Había vivido las elecciones de Kennedy, el primer católico presidente de esa gran nación y entendía que eso era lo que el país necesitaba”, relata.

En busca de ocupación

Su primera intención fue hacerse militar, su hermano mayor Luis le sacó la idea de la cabeza. La segunda alternativa fue convertirse en agrónomo aunque finalmente, decidió estudiar administración de empresas.

Puso la mirada en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, pero la revolución lo impidió, luego se matriculó en APEC, donde cursó algunos semestres. Sin embargo, en el año 1966 su hermano Luis fundó una empresa con dos tractores y una avioneta de fumigación y por indicaciones maternas tuvo que irse a trabajar por la tarde mientras estudiaba en las mañanas.

“Dieciocho meses después de haber comenzado haciendo numeritos, dirigía la parte operacional de la empresa”, recuerda Rainieri de la época.

Fue como sobrevoló la isla con un grupo de inversionistas en busca de un terreno para instalar una escuela de marinos mercantes, viaje en el que conocieron sobre Yauya en la costa este del país hoy conocido por el nombre de Punta Cana y ya esa, es otra historia.

Perfil

Nombre: Frank Rainieri
Edad:76 años
Ocupación: Promotor turístico
Cónyugue:
Su esposa es Haydée Kuret.

Lograr metas requiere de tiempo y paciencia
Trayecto. Antes de llegar a convertirse en un próspero empresario del sector turismo, Rainieri tuvo que recurrir al pluriempleo, trabajar sin cobrar y ser paciente, muy paciente.

“Si usted tiene sueños tiene que entender que los sueños no se realizan en dos días, toman su tiempo”, afirma Rainieri.

Igualmente decidió trabajar en lo que le gustaba sin cobrar salario. Al comentar sobre sus primeros años, un fardo de consejos brota de manera natural en las palabras de Frank Rainieri, algunos de los cuales compartiremos con los lectores de EL DÍA en su momento.