El esñañol Rafael Nadal mostró su condición imbatible de antaño sobre la arcilla de París y conquistó el Abierto de Francia por décima ocasión, un récord, al arrollar el domingo 6-2, 6-3, 6-1 a Stan Wawrinka en la final.

Nadal no era protagonista del partido por el título del torneo más importante que se disputa sobre polvo de ladrillo.

Al comenzar la edición de 2017, su sequía de títulos en torneos del Grand Slam alcanzaba ya tres años completos. «Fue difícil», rememoró Toni Nadal, tío y entrenador de Rafa.

«Nos preguntábamos si él podría lograr esto otra vez».