Ya con las aguas bajadas de nivel, no hay que hacer una tormenta de críticas y acusaciones para buscar despojarse de la culpa y atribuírsela a otros.
Tras el colapso que causaron las lluvias del viernes en el gran Santo Domingo, no les luce a las autoridades pasadas culpar a las actuales, porque tuvieron tiempo suficiente para mejorar el sistema de alcantarillado, pero tampoco luce a los actuales escudarse en que los otros no hicieron nada, cuando tampoco han tenido la iniciativa de hacerlo en el tiempo que llevan, y se acordaron de ese problema por lo sucedido.
Aquí ha quedado claro cuáles son los problemas, que dicen expertos que puede volver a ocurrir en cualquier momento.
La clase política tiene que dejar de actuar pensando en el clientelismo que les puede generar beneficios cada cuatro años, y prestar mayor atención a las raíces de los problemas que afectan al país, que son los mismos del año cero de la República.
Soluciones momentáneas
Una funda con comida para dos días es una solución al hambre para dos días, pero sigue quedando la vulnerabilidad, y el hacinamiento y la pobreza.
Tres planchas de zinc para alguien que las va a necesitar cada vez que ocurre un fenómeno, es solo una solución momentánea, cuando lo ideal sería que se creen las condiciones para que las personas vivan sin la necesidad de que el Estado tenga que llevarlas en los hombros.
Es tiempo de pensar y ejecutar soluciones definitivas de la manera que se pueda, porque hasta ahora ha sido imposible que algún gobierno se pueda atribuir la solución de un problema.