¿Quién le pondrá el cascabel al gato?

¿Quién le pondrá el cascabel al gato?

¿Quién le pondrá el cascabel al gato?

Víctor Féliz Solano

La capital dominicana, según las estadísticas de que disponemos, posee en su seno cerca de 1.5 millones de habitantes.

Cerca del 50% de las unidades vehiculares circulan en el gran Santo Domingo. Cada día los ciudadanos de esta urbe apreciamos el mayúsculo caos que se genera en la movilidad desde tempranas horas de la mañana hasta entrada la prima noche.

El alivio que por algunas semanas hemos sentido producto del periodo de vacaciones escolares se acerca a su fin.

Ya hemos dicho en varias ocasiones, tanto por esta columna semanal como en nuestro espacio Municipalidad Global, que el tránsito urbano es responsabilidad exclusiva de los gobiernos locales y están en la obligación de ordenar todo lo concerniente al tránsito de vehículos y personas en las vías urbanas y rurales (Art. 19 de la Ley 176-07) y coordinar todo al respecto con las instituciones de carácter nacional que intervienen en este rubro.

Al inicio de la gestión que ejerce el control del Ayuntamiento del Distrito Nacional, se designó al señor Hugo Beras al frente de la Secretaría General del mismo, con lo que se pensó que la problemática del tránsito en la ciudad capital iba a ser prioridad en la agenda de las autoridades locales. Es de todos sabido las galas exhibidas en el tema en cuestión por el señor Beras en su fugaz carrera por convertirse en alcalde primado de América, por tal razón las expectativas no se hicieron esperar.

Pasaron dos años y apenas pudimos ver algunas escaramuzas, ensayos, pilotos y muchos anuncios sobre las diversas soluciones que se pretendían desarrollar para, si no bien resolver el problema, por lo menos aliviarlo. Por momentos los ciudadanos de Santo Domingo de Guzmán sentíamos las esperanzas que con el tiempo veríamos implementar las “magnificas campañas de formación y educación vial” con las que nos deslumbró el aspirante a alcalde en aquel tiempo.

Luego, comprendimos que el equipo de la alcaldesa se nutrió de un técnico capaz de influir para que los planes de desarrollo municipal se orientaran hacia propuestas viables y posibles. Dos años después seguimos esperando.

Hace apenas unos días el señor presidente de la República designó al frente del Instituto Nacional de Tránsito y Transporte Terrestre (INTRANT) al mismo señor Hugo Beras.

La cuestión sería ahora sobre cuál de las dos instituciones enfrentará de manera decidida este caos que nos azota y que al parecer no se logra dar pies con bolas.

Tanto el flamante director del INTRANT como la alcaldesa del Distrito Nacional tienen en esta ocasión la extraordinaria oportunidad de “casarse con la gloria” y dar demostraciones contundentes y voluntad manifiesta de encaminarnos hacia una solución a la problemática de la movilidad que nos abruma.

Ambas autoridades tienen la responsabilidad legal a cargo para enfrentar esta desorganización y anarquía con que nos desenvolvemos en la cotidianidad los capitaleños.

Enfrentarse a este tema tiene sus complicaciones y consecuencias políticas, por tal razón no deja de ser espinoso y de mucho cuidado.
¿Cuál de los dos le pondrá el cascabel al gato?

*Por Víctor Féliz Solano



El Día

Periódico independiente.