En República Dominicana se ha distorsionado el calificativo de “tránsfuga” y se le ha atribuido a cualquier persona que cambie de partido.
Bajo ese criterio se podría llegar a la errónea conclusión de que en 1973 Juan Bosch se convirtió en tránsfuga, lo cual no es cierto.
Simplemente salió de un partido para formar otro. Cambiar de organización es un derecho constitucional que además trasciende a la condición humana.
Tránsfuga es quien habiendo ganado un cargo electivo por un partido abandona ese partido para irse a otro con el cargo a rastras.
En muchos países está planteada la discusión de a quién le pertenece la posición. En nuestro sistema constitucional las posiciones corresponden a las personas, teniendo al partido solo como instrumento para alcanzarlas.
Pero también viene la discusión de la “objeción de conciencia” cuando se considera que el partido en cuestión ha cambiado de ideología o se ha degenerado en su accionar. Como se puede ver, estamos frente a un tema casi filosófico, mucho más que de política coyuntural.
Alianza País
La organización que lidera Guillermo Moreno atraviesa por un trance delicado, pues está inmerso en un proceso que requerirá de mucha madurez política e inteligencia de sus dirigentes.