En los sectores de la Capital y el interior se escucha a una sola voz las quejas por la aparición nuevamente de los apagones, que muchas veces se prolongan por más de ocho horas.
La situación afecta la cotidianidad, pero siempre las facturas del servicio se mantienen por las nubes, lo que perjudica a las personas que reciben un servicio de baja calidad.