“Quedarse en casa”, adaptación en momentos de crisis

“Quedarse en casa”, adaptación en momentos de crisis

“Quedarse en casa”, adaptación en momentos de crisis

Esta es la consigna que nos convoca a todos/as la actual situación, el virus ha desatado una guerra global en torno al manejo de la catástrofe. Todas las informaciones en los medios de comunicación giran en torno al tema, tal como la situación amerita.

Vivimos en ciudades fragmentadas y segregadas, realidad que el virus ha expuesto con más crudeza. El sistema neoliberal lejos de salvar vidas, a profundizado más la crisis, la pobreza y la desigualdad.

Las ciudades han concentrado sus bienes y servicios en el casco urbano, creando bolsones de pobreza en sus entornos, la ciudadanía quiere estar cerca de los medios de “transporte” y espacios “laborales”.

La falta de planificación, o planes sin ejecutar, la falta de participación social para gestionar una buena planificación, los intereses particulares, matizados por políticas clientelares, políticas improvisadas, es el panorama político del crecimiento de las ciudades.

Las culturas de los pueblos, hay que analizarlas en su contexto, se trata de salvar vidas, no de condenarlas a profundizar sus miserias en espacios inhabitables, oportuno señalar que el espacio público de esos sectores marginales está en sus calles y callejones, patios y aceras, situación que amerita una reflexión al momento de preservar el orden y garantizar el distanciamiento físico. No es solo plantear que las redes sociales pasen a ser las sustitutas del espacio público. No es incentivar al autoritarismo, sino la reflexión y accionar de cara esta realidad.

La crisis ha demostrado, la falta de acceso a agua potable, energía eléctrica, recogida de basura, colapso del modelo educativo, el acceso a la salud, el impacto al medio ambiente, son solo algunas de las calamidades que afectan a un pueblo que es víctima de la mala práctica de la gestión pública.

La pandemia y sus consecuencias nos invitan a la reflexión, priorizar lo colectivo, una nueva manera de planificar la ciudad, repartición equitativa de las riquezas y nueva Resiliencia Urbana.

*Arq. Danilo Minaya



El Día

Periódico independiente.

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