Recientemente, una mujer británica, madre de tres hijos, falleció después de haber sido sometida a una cirugía plática en Turquía conocida como «Brazilian but lift» (Levantamiento de glúteos al estilo brasileño, o BBL, por sus siglas en inglés).
¿Por qué este procedimiento está ganando popularidad y cuáles son sus riesgos?
Leah Cambridge sufrió tres ataques cardíacos mientras estaba bajo anestesia en una clínica en la ciudad turca de Izmir, según explicó su pareja, Scott Franks, al periódico The Sun.
BBL, la operación que se le había practicado a Cambridge, consiste en inyectar grasa de otra parte del cuerpo, en este caso su estómago, en los glúteos.
La joven de 29 años había elegido viajar al extranjero para realizarse este procedimiento —donde su costo es inferior en comparación con Reino Unido— porque le preocupaba el exceso de grasa que se había acumulado en la zona abdominal después de haber dado a luz a sus tres hijos, señaló Franks.
Sus vecinos la describieron como una mujer «impactante».
Cambridge no es la primera mujer cuya obsesión con la perfección acaba en una tragedia en el extranjero.
Joe Williams viajó a Bangkok, Tailandia, en octubre de 2014, para hacerse una cirugía para aumentar el tamaño de sus nalgas. Sus heridas se infectaron y la joven londinense de 24 años murió bajo anestesia.
Tres años antes, Claudia Aderotimi, una joven de 20 años del este de Londres, murió en un hotel de Estados Unidos después de un procedimiento similar.
Riesgos
El levantamiento de glúteos al estilo brasileño no está considerado como un procedimiento más peligroso que otros tipos de cirugía cosmética, en opinión del cirujano plástico Bryan Mayou.
«El peligro es que la cirugía la realicen cirujanos no calificados fuera de un entorno clínico, sin cuidados posteriores adecuados», dice Mayou, miembro de la Asociación Británica de Cirujanos Estéticos y Plásticos.
«Si la grasa se inyecta en lo profundo del tejido muscular y la parte baja de los glúteos, se corre el riesgo de inyectar grasa incorrectamente en vasos sanguíneos importantes».
«La grasa, ahora un émbolo, puede pasar a la corriente sanguínea, llegar a los pulmones y provocar la muerte».
Qué implica una cirugía para aumentar los glúteos
- El procedimiento se usa para agrandar el trasero, hacerlo más redondo o para levantarlo
- El cirujano puede insertar implantes de siliconas o/y inyectar grasa de otra parte del cuerpo
- Después de la operación, el paciente puede quedar con moretones y sentir dolor o molestias en la zona del implante por varias semanas. No deben sentarse directamente sobre el trasero por tres semanas
- Las complicaciones pueden incluir infección, rotura de los implantes y formación de émbolos de grasa, que pueden entrar en la corriente sanguínea y bloquear las arterias
Monitoreo
Franks le dijo a The Sun: «Leah estaba bajo anestesia y las complicaciones surgieron porque la grasa se depositó en su corriente sanguínea y cayeron sus niveles de oxígeno».
«La estabilizaron, pero tuvo tres ataques cardíacos y no hubo nada que pudieran hacer».
Cirujanos plásticos de sociedades internacionales han creado un equipo para monitorear y reportar procedimientos BBL, asegura Mayou.
El índice de muertes tras esta cirugía es de 1 en 3.000, y todos los casos fatales investigados muestran émbolos de grasa en el músculo del glúteo, dice.
Según Mayou, el número de estas operaciones se ha incrementado en su clínica de Chelsea, un vecindario acomodado de Londres, en los últimos cuatro años.
«Es una moda», explica. Años atrás, dice, sus pacientes le pedían liposucción para hacer que sus traseros se viesen más pequeños.
Y esa es la técnica que pondrá en práctica cuando se pase la moda, y los pacientes que hayan sido sometidos a un procedimiento BBL quieran revertir sus efectos.
Culto a la celebridades
¿Pero de dónde viene la obsesión por tener un trasero grande? Para Mayou, se debe a que la cultura popular celebra ahora los cuerpos curvos.
«Vivimos en un mundo étnicamente diverso y hay una apreciación de las formas corporales diferentes a las nuestras, y hay técnicas que permiten hacer que estas formas sean alcanzables» .
Celebridades como Kim Kardashian, Kylie Jenner y Cardi B tienen numerosos seguidores en las redes sociales, donde publican con frecuencia fotos en las que lucen sus traseros grandes y redondeados.
Jenner publicó un video en su blog en el que atribuye sus curvas al aumento de peso.
«No me hice un implante de culo. Yo solía pesar 54 kilos. Era muy flaca. Ahora peso 62. Pero está bien, me gusta ser maciza».
Cardi B, en cambio, reveló que antes de ingresar en la escena musical había recibido inyecciones en sus nalgas en un sótano en Nueva York, y que seguía perdiendo silicona cinco días después.
En una entrevista con la revista GQ, reconoció haber pagado US$800 por el procedimiento, después de enterarse que sus colegas stripper con traseros más grandes que el de ella ganaban más dinero.
Chloe Simms, estrella del reality de TV británico The Only Way is Essex, habló abiertamente en el programa de su cirugía y dijo que antes «tenía el trasero más plano de Essex».
En esta foto de Instagram, tomada en 2013, se ve su delgada silueta.
En cambio, en esta otra, de 2018, se ve su cuerpo con muchas más curvas.
Dos por uno
Como explica Mayou, la cirugía BBL puede resultar atractiva para algunas mujeres que creen que les resuelve dos problemas de un solo golpe.
«Para mucha gente, es una operación que te brinda dos beneficios: te quita grasa de un lugar donde no la quieres tener, y te la pone en otro donde sí la quieres».
En términos de costo, en países como Turquía, por ejemplo, el procedimiento es más económico.
Mientras que en Reino Unido puede llegar a costar cerca de US$10.000, se estima que Leah Cambridge pagó menos de US$4.000 por su cirugía.
«Creo que la gente se ve tentada por las intensas campañas de marketing: todo está en un idioma extranjero y no tienen cómo verificar si los cirujanos están capacitados»», agrega Mayou.
«Es un servicio comercial y no van a rechazar gente. Aceptarán a todos, más allá de que estén o no en condiciones de ser operados».
«Al optar por una cirugía barata, los pacientes corren riesgo de sufrir serias complicaciones e incluso, como ilustra esta trágica historia, de morir».