¿Qué tan limpias son las energías alternativas?

¿Qué tan limpias son las energías alternativas?

¿Qué tan limpias son las energías alternativas?

Federico Alberto Cuello

El cambio climático nos golpea con desastres naturales más frecuentes e intensos, amenazando nuestras inversiones costeras del turismo.

La polución incrementa la mortalidad de nuestros niños y ancianos. Y los combustibles fósiles tienen sus días contados, pues nadie le está inyectando más petróleo al subsuelo.

Para detener el cambio climático hay que emitir menos gases que producen el efecto invernadero, de los cuales el principal es el CO2. Pero para eliminar la polución del aire, hay que reemplazar los combustibles existentes por alternativas más limpias como la electricidad, el hidrógeno y el gas natural.

Sorprende ver al gas natural en esta tríada. Pero de los combustibles fósiles es el que menos contamina. Para la “Union of Concerned Scientists” (UCS) de los EEUU, usar gas natural en vehículos y fábricas reduce las emisiones de CO2 en 60%.

Extraer gas natural, sin embargo, no está exento de contaminación. La UCS advierte que “resulta en fugas de gas metano…que es 34 veces más fuerte que el CO2 en capturar el calor durante 100 años”.

Por no eliminar totalmente la contaminación es probable que el gas natural sea una solución de transición.

Los carros eléctricos, silenciosos y libres de emisiones, tampoco escapan al ojo de los estudiosos de su cadena de suministro. El ingrediente principal de sus baterías es el níquel, cuya extracción es altamente contaminante.

En Indonesia depositan en el fondo marino las escorias que resultan de aplicar cianuro al mineral en bruto para sacar el 1% de níquel que contienen. Incierto es el destino que aguarda a los corales y las tortugas en los próximos 30 años, durante los cuales Indonesia suplirá la demanda de níquel para las baterías de carros eléctricos y la fabricación de acero.

Por eliminar la contaminación del aire creando nuevas fuentes de contaminación es probable que los carros eléctricos sean también una solución de transición.
El hidrógeno, por último, parecería ser la más limpia de las alternativas disponibles.

Toyota en Japón y Hyundai en Corea tienen carros, camiones y autobuses listos para el mercado. Nikola, empresa nueva más valiosa que la Fiat, comenzará a producir en Europa autobuses y camiones que distribuirá a través de Iveco.

Quemar hidrógeno sólo produce vapor de agua. Llenar el tanque toma menos de 5 minutos y permite recorrer el doble de la distancia entre recargas que los eléctricos.
Producir hidrógeno sólo requiere agua para la electrólisis y energía que antes provenía del gas natural y ahora de las renovables.

Lamentablemente, el costo por kilómetro de usar hidrógeno es todavía el triple del convencional. Pero mientras más se use más se reducirá.

Por sus potenciales economías de escala y por ser la única alternativa totalmente limpia, el hidrógeno parecería estar en nuestro futuro.

Aquí ya vendemos GLP en las gasolineras y tenemos un Tesla al servicio de nuestro Presidente. Estamos más preparados de lo que pensamos para alternativas más limpias en el transporte. Solo falta cooperación de los países claves, estándares más estrictos y planes para la transición.



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