El Día 
Los convocantes a la huelga escogieron el penúltimo mes del año para hacer un conjunto de reclamos no atendidos por el Gobierno y que ellos consideran un momento justo.
Son fuerzas aglutinadas con un propósito, justamente al inicio de una semana laboral, donde cientos de miles de dominicanos salen de sus casas para cumplir con sus compromisos de trabajo, muchos; otros para atender asuntos ciudadanos de toda índole.
El principal obstáculo está en que no hay transporte colectivo suficiente para satisfacer la demanda diaria, que se produce en días normales, por tanto habrá que demandar que no haya intolerancia por parte de los convocantes a la huelga ni de los ciudadanos que decidan cumplir con sus compromisos ordinarios en el día de hoy.
Esto quiere decir que la huelga tiene que desarrollarse de acuerdo al principio fundamental de que hay derechos de parte y parte. Los huelguistas tienen derecho a que se respete su decisión, pero a la vez tienen que asumir el compromiso de hacer una huelga pacífica, que permita la movilización de todo el que así lo considere.
Esa atmósfera de respeto, de apego al orden, de mantener inquebrantable el derecho que tienen los ciudadanos a escoger de manera diferente, pero de manera pacífica, será, en última instancia, el factor que nos dará la tónica de cuánto hemos avanzado en materia cívica.
