“República Dominicana lo tiene todo” es el eslogan turístico con que se vende el país en el extranjero. Los mercadólogos, sin lugar a dudas, se refieren a los microclimas, hoteles paradisíacos, ruinas arquitectónicas y demás atractivos que tiene el país. Estoy de acuerdo con esos atributos.
Lo que también tiene República Dominicana en su principal puerto de entrada y salida (el Aeropuerto Internacional de las Américas, AILA) es un gran deterioro. Hacía tiempo que no utilizaba esta puerta de acceso, pero este año he viajado varias veces por ahí. Puedo decir que para ser el aeropuerto principal de la capital dominicana, el escenario es deprimente.
Actualmente es un lugar gris y muy desactualizado con relación a los aeropuertos de países desde donde viajan los visitantes, es atrasado incluso frente a los aeropuertos pequeños locales. Fue tal mi impacto, tanto en la entrada como a la salida del país, a través de esas instalaciones que me motivé a buscar más informaciones sobre las condiciones del AILA para no prejuzgar. No pude encontrar una explicación por parte de Aerodom que justifique las condiciones de marginalización existentes.
Entiendo que el mayor flujo de turistas llega por aeropuertos más cercanos a sus destinos. Sin embargo, el hecho de ser el principal en la Ciudad Primada de América le da la envergadura para ser atendido y modernizado.
Para quienes no lo han utilizado recientemente, les cuento que no dispone de asientos suficientes para el flujo de pasajeros que lo transitan y los existentes están tan desteñidos que entristecen, tal como los baños, pisos y demás áreas.
Por Dios, con el flujo de pasajeros y vuelos que hay, también debe haber para brindar unas instalaciones más adecuadas a los tiempos.