Las entrevistas que se les hacen a los artistas de la farándula y a muchos otros personajes populares se parecen mucho entre sí. Culpa más de los periodistas que de los entrevistados, porque aquellos no saben salirse del mismo molde para preguntar.
¿Cuál es su color favorito? ¿Quién es tu actor de cine preferido? ¿Cuál piedra preciosa te gusta más? ¿Si volvieras a nacer, quién querrías ser? ¿Qué es lo que aprecias más en otras personas? Y así por el estilo, las preguntas son siempre las mismas, fáciles de contestar.
Pero hay una interrogante que, aunque también es rutinaria, deja perplejos a muchos de los entrevistados: ¿Qué libro estás leyendo?
Cuando a algún imprudente periodista se le ocurre cuestionar de esta manera a un impreparado interlocutor, éste se desconcierta, se rasca la cabeza, mira para arriba y para abajo y dice: Este
este
esstoy leyendo El Quijote, porque es lo primero que le viene a la cabeza, aunque nunca ha visto el susodicho libro ni por el forro.
Peor sucede si la pregunta que le espeta el entrevistador es: ¿Cuál fue el último libro que leíste?. Ahí es donde se le retuerce el rabo a la puerca, pues el sujeto, por lo regular, no recuerda haber leído ninguno.
Pero a aquellos que se puedan sentir aludidos yo les digo que nunca es tarde para comenzar.
Uno de mis maestros del periodismo me dijo una vez: Lee todo lo que te caiga en las manos, hasta los volantes de propaganda que regalan en las esquinas.
De ahí a las revistas y los libros no hay más que un paso. Se puede empezar por un libro cualquiera.
Y si ese no le gusta, déjelo por mitad y comience otro. Alguno aparecerá que sea de su agrado.
Por lo menos, tenga un volumen en la mesita de noche. Para que, si lo sorprenden con una entrevista y le preguntan: ¿Qué libro está leyendo?, tenga por lo menos un título en mente.