Actualmente en República Dominicana se atraviesa por difíciles momentos, dado el descontrol en el manejo de las diversas instituciones que conforman el cuerpo represivo del país, ello así, y a pesar de los esfuerzos hechos por el jefe de la Policía Nacional, mayor general Manuel Castro Castillo, por esclarecer los últimos escándalos suscitados en las diversas dependencias de la institución que dirige, PN, Dicrim y Dican, situación que mantiene en la expectativa a toda la ciudadanía, incluyendo a los dominicanos que residen en el exterior.
No es un azar que estos escándalos estén sucediendo, sobre todo porque según informaciones los mismos forman parte de una cultura sistematizada en el país que tiene nombre y apellido, y que descansa en los hombros del Gobierno, y que a pesar de todo esto y su responsabilidad como jefe de Estado el presidente Lic. Danilo Medina, no ha dicho ni siquiera al respecto esta boca es mía.
No es pura coincidencia, puesto que el Presidente de la República es el comandante en jefe de todos los cuerpos represivos del Estado, pero al parecer él prefiere continuar dando saltitos por los diversos charcos del país, ante que tomar responsabilidad del asunto y decirle al pueblo dominicano la magnitud de los hechos y las soluciones que debe dar a cada uno de los casos.
Somos conscientes de que el presidente Medina no tiene el dominio de todos los actos correctos o no de su gobierno, pero es la única persona que puede traer una luz al final del túnel, ya que es su obligación, como Jefe del Estado, dar una explicación convincente sobre los bochornosos hechos publicados en los diversos medios de prensa y convertidos en dominio público en los últimos días en el ámbito nacional e internacional.
El presidente Medina, en dos años y medio que lleva de gobierno, ha salido del país más de 30 veces, solo a Venezuela lo ha hecho 3 veces, contrario a la actitud del fenecido expresidente Dr. Joaquín Balaguer, que en 22 años de mandato viajó 5 veces fuera del país, tres de los cuales fueron por asuntos de salud, cuando se vio aquejado de una flebitis que le afectaba sus piernas.
Para Balaguer estas actividades estaban bajo el mandato del Canciller de la República u otros funcionarios.
Al parecer el Mandatario no tiene la voluntad suficiente para el esclarecimiento de los escándalos en que se han visto envueltas diversas instituciones gubernamentales, mientras que el pueblo espera una explicación, pero en los casos como estos no valen solo la voluntad, sino también la toma de decisiones.
Tarde o temprano él tendrá que hablar, porque en sus hombros descansa su responsabilidad; y ojalá cuando lo haga ya no sea demasiado tarde. Señor Presidente: el pueblo dominicano espera por usted.