¡Qué feos somos!

¡Qué feos somos!

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El presidente de la Cámara de Diputados, Julio César Valentín, ha dicho que el Congreso Nacional es un espejo de la sociedad. De ser así, de ser verdad que lo que vemos en el Congreso es reflejo de lo que somos, no nos queda más remedio que exclamar lastimeramente: “¡Qué feos somos”!
Los espejos no mienten. Si no, pregúntenle a la bruja mala del cuento de Blanca Nieves, que sufrió la mayor humillación de su vida cuando su propio espejo le dijo que la tierna niña era la más hermosa del reino. Partiendo de esa premisa, y convencido de que la sociedad dominicana es mucho mejor que su Congreso, difiero del diputado Valentín y declaro a los cuatro vientos que el Congreso no es el espejo del pueblo.
En lo que quizás tiene razón el inteligente legislador es cuando afirma que modificar la nueva Constitución, como aspiran algunos, es un sueño.
Ciertamente, no será fácil en corto plazo introducir cambios otra vez en la Carta Magna, aunque sea para devolverle al ciudadano y a la sociedad derechos y principios que van a quedar lastimados en la nueva Constitución. Pero no olvidemos que todos los inventos maravillosos que disfruta hoy la Humanidad, fueron al principio meros sueños.
La Historia dirá la última palabra.



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