SpaceX, la empresa espacial de Elon Musk, el fundador de Tesla, llevará el domingo un misterio al cosmos.
Se trata de Zuma, un satélite militar de Estados Unidos del que poco o nada se sabe, pero que se ha convertido en un secreto a voces.
¿La causa? La participación de la empresa del también creador de Paypal en el proyecto y las demoras en el lanzamiento, que estuvo programado en un principio para noviembre pasado y que se pospuso para este viernes.
Al final el lanzamiento se realizará el domingo, tras anunciarse otra nueva demora.
De acuerdo con información enviada a BBC Mundo por la compañía aeroespacial, la decisión de posponer la operación para poner en órbita el satélite de noviembre a principios de año obedeció a la necesidad de realizar un estudio de datos de otra prueba de lanzamiento que habían realizado hace un tiempo antes para otro de sus clientes.
El retraso anunciado este viernes se atribuyó a las malas condiciones del tiempo que han afectado a Florida desde mediados de semana, con inusuales bajas temperaturas, fuertes vientos y nevadas.
Según informó el Centro Espacial Kennedy de la NASA, en Cabo Cañaveral, Florida, el lanzamiento está programado para que ocurra desde la histórica plataforma 39A, el sitio desde donde salieron los tripulantes a la Luna de la misión Apolo y los despegues de los transbordadores espaciales.
¿Por qué llama la atención la puesta en órbita de Zuma?
Qué busca EE.UU. con Zuma
De acuerdo con Mike Wall, periodista especializado en lanzamientos espaciales de la revista Space, lo más llamativo es el secretismos en torno al lanzamiento, algo que considera «totalmente atípico», incluso aunque se trate de un satélite de seguridad nacional.
Y es que no solo no está claro qué hará Zuma una vez que esté orbitando a cientos de kilómetros de la superficie de la Tierra. No se sabe, incluso, ni para qué agencia de defensa o seguridad trabajará.
Según Wall, en las otras dos ocasiones en que SpaceX ha lanzado algún dispositivo de seguridad nacional se han conocido, al menos, los detalles básicos de la misión.
En un lanzamiento en mayo de 2017, la empresa espacial lanzó un satélite para la Oficina Nacional de Reconocimiento de EE.UU., la agencia que construye y opera la flota de satélites espías estadounidenses.
El otro tuvo lugar en septiembre pasado y fue la puesta en órbita de una especie de avión espacial robótico, el X-37B, para la Fuerza Aérea.
Sin embargo, el Zuma y su misión están envueltos en una contradictoria nebulosa: por una parte, está la difusión que le está dando SpaceX al lanzamiento y, por el otro, las dudas sobre las funciones y objetivos del dispositivo que comenzará a orbitar en el espacio.
Hasta ahora, solo se conoce que fue la compañía aeroespacial y de defensa Northrop Grumman (NG) quien contrató a la empresa de Elon Musk para el lanzamiento.
Y NG solo ha descrito al Zuma como una «carga útil restringida«.
BBC Mundo contactó con Northrop Grumman para conocer detalles sobre el satélite, el lanzamiento y el motivo por el que eligieron a SpaceX para su puesta en órbita, pero no respondieron a la solicitud de información de forma inmediata.
Sin embargo, en un correo enviado a la revista Space, la empresa de defensa, aunque rechazó ofrecer datos particulares, explicó que Zuma funcionará en la órbita baja de la Tierra, una zona en la que se encuentra la Estación Espacial Internacional (EEI).
Se trata de una información que, según Wall, poco o nada aporta, ya es en esa zona donde los satélites espías se codean con los de comunicaciones o los meteorológicos y la propia EEI.
Otro misterio
Otra de las cosas que ha llamado la atención de los expertos es que el lanzamiento no consumirá todo el combustible del cohete Falcon 9 con el que se pondrá en órbita el satélite y que luego regresará a la Tierra, un hecho, según Wall, inusual.
Sin embargo, según la información enviada a BBC Mundo por SpaceX esto responde a los esfuerzos de la empresa por fabricar cohetes de lanzamiento y naves espaciales que pueden ser reutilizados.
No obstante, en redes sociales y en publicaciones estadounidenses, algunos han especulado con que el poco peso de Zuma podría ser una de las causas por las que el Falcon podría regresar a la superficie terrestre.
Sin embargo, según Wall, el mucho o poco peso del satélite tampoco ofrece muchos detalles sobre su futura utilidad.
De acuerdo con datos de la compañía, SpaceX realizó 17 misiones de lanzamientos con cohetes Falcon 9 en en 2017, todas ellas exitosas.
La última de ellas, por cierto, provocó un raro efecto en el cielo de California que causó alarma entre la población.
Queda por ver si en el futuro se conocerá alguna información sobre la función del satélite y la agencia a la que prestará servicio.
SpaceX, fundada en 2002, aún se mueve por la difícil cuerda de la prueba y el error y cada lanzamiento al espacio supone un desafío, y a la vez, un paso más hacia la conquista de Marte y de otras galaxias que se propuso Musk.