Qué es la materia blanca que compone la mitad de nuestro cerebro (y en qué se diferencia de la materia gris)
¿Quién no ha contemplado cómo se forma un recuerdo, se genera una oración, se aprecia un atardecer, se realiza un acto creativo o se comete un crimen atroz?
El cerebro humano es un órgano de aproximadamente 1,3 kg que sigue siendo en gran medida un enigma.
Pero la mayoría de la gente ha oído hablar de la materia gris del cerebro, que es necesaria para funciones cognitivas como aprender, recordar y razonar.
Más específicamente, la materia gris se refiere a las regiones del cerebro donde se concentran las células nerviosas, conocidas como neuronas.
La región considerada más importante para la cognición es la corteza cerebral, una fina capa de materia gris en la superficie del cerebro. Pero la otra mitad del cerebro, la materia blanca, a menudo se pasa por alto.
Yo soy profesor de neurología y psiquiatría y director de la sección de Neurología Conductual de la Facultad de Medicina de la Universidad de Colorado, en Estados Unidos. Mi trabajo involucra la evaluación, tratamiento e investigación de adultos mayores con demencia y personas más jóvenes con lesiones cerebrales traumáticas.
Descubrir cómo afectan estos trastornos al cerebro ha motivado muchos años de estudio. Creo que comprender la materia blanca es quizás una clave para comprender estos trastornos.
Pero hasta ahora, los investigadores generalmente no le han dado a la materia blanca la atención que merece.
Tratando de entender la materia blanca
Esta falta de reconocimiento se debe en gran medida a la dificultad de estudiar la materia blanca.

Debido a que está ubicada debajo de la superficie del cerebro, incluso las imágenes de más alta tecnología no pueden mostrar fácilmente sus detalles.
Pero hallazgos recientes, posibles gracias a los avances en las imágenes cerebrales y los exámenes de autopsia, están comenzando a mostrar a los investigadores cuán crítica es la materia blanca.
La materia blanca se compone de miles de millones de axones, que son como cables largos que transportan señales eléctricas.
Piensa en ellos como colas alargadas que actúan como extensiones de las neuronas. Los axones conectan las neuronas entre sí en uniones llamadas sinapsis. Ahí es donde tiene lugar la comunicación entre las neuronas.
Los axones se unen en haces, o tractos, que discurren por todo el cerebro.
Colocados de extremo a extremo, su longitud combinada en un solo cerebro humano es de aproximadamente 137.000 km.
Muchos axones están protegidos con mielina, una capa mayormente conformada por grasa que acelera la señalización eléctrica o la comunicación entre las neuronas hasta en 100 veces.
Esta mayor velocidad es crucial para todas las funciones cerebrales y es en parte la razón por la cual el Homo sapiens tiene capacidades mentales únicas.
Más materia blanca
Si bien no hay duda de que nuestros grandes cerebros se deben a la adición de neuronas a lo largo de la evolución, ha habido un aumento aún mayor en la materia blanca a lo largo del tiempo evolutivo.
Este hecho poco conocido tiene profundas implicaciones. El mayor volumen de materia blanca, principalmente de las vainas de mielina que rodean los axones, mejora la eficiencia de las neuronas en la materia gris para optimizar la función cerebral.
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Imagina una nación de ciudades que funcionan de forma independiente, pero que no están conectadas a otras ciudades por carreteras, cables, internet o cualquier otra conexión.
Este escenario sería análogo al cerebro sin materia blanca. Las funciones superiores como el lenguaje y la memoria están organizadas en redes en las que las regiones de materia gris están conectadas por tractos de materia blanca.
Cuanto más extensas y eficientes son esas conexiones, mejor funciona el cerebro.
Materia blanca y Alzhéimer
Dado su papel esencial en las conexiones entre las células cerebrales, la materia blanca dañada puede alterar cualquier aspecto de la función cognitiva o emocional.
La patología de la materia blanca está presente en muchos trastornos cerebrales y puede ser lo suficientemente grave como para causar demencia.
El daño a la mielina es común en estos trastornos, y cuando la enfermedad o lesión es más grave, los axones también pueden dañarse.
Hace más de 30 años, mis colegas y yo describimos este síndrome como demencia de sustancia blanca. En esta condición, la materia blanca disfuncional ya no funciona adecuadamente como conector, lo que significa que la materia gris no puede actuar en conjunto de manera uniforme y sincrónica.
El cerebro, en esencia, se ha desconectado de sí mismo.
