El tecnoestrés es el término que se utiliza para denominar al estrés fruto de la incapacidad de gestionar de forma controlada y saludable el uso de dispositivos tecnológicos y aplicaciones digitales en el entorno laboral.
“El tecnoestrés constituye un problema cada vez más extendido entre las personas trabajadoras y un factor capaz de agravar el malestar que sentimos al retomar nuestra rutina laboral a la vuelta de unas vacaciones. Es decir, que podemos afirmar que el mal uso o abuso de las tecnologías pueden afectar notablemente a nuestro estado de salud”, subraya Julio Maset, médico de la compañía farmacéutica Cinfa.
El problema se produce cuando la persona trabajadora percibe un desajuste entre la necesidad de uso de las tecnologías en su puesto laboral y los recursos, conocimiento o tiempo de los que dispone, lo que le lleva a un estado psicológico negativo.
“Las personas trabajadoras hemos de saber desenvolvernos con nuevas tecnologías que siempre están renovándose y ante las que podemos no sentirnos preparadas. Por otra parte, ha surgido la exigencia de un uso continuado del móvil, ordenador, tablet, correo electrónico y demás, que, a veces, se extiende fuera del horario laboral e invade la vida personal. Tras la jornada laboral, muchas personas siguen conectadas a sus trabajos a través de estos dispositivos”, relata el doctor.
La imposibilidad de desconectar, la necesidad de dar una respuesta inmediata y la adicción que generan las tecnologías de la información y la comunicación son algunas de las consecuencias sobre los trabajadores.
“Las nuevas tecnologías deben ser una herramienta que controlemos y no a la inversa. Sentirse controlado por ellas es una de las causas de tecnoestrés”, afirma el experto de Cinfa.
Todas estas exigencias, típicas de algunos puestos de trabajo, pueden dar lugar al aislamiento de la persona trabajadora y a que este desarrolle actitudes y sentimientos negativos hacia las tecnologías.
El tecnoestrés genera síntomas fisiológicos y emocionales típicos del estrés, pero también de otros característicos del tecnoestrés laboral, como el aislamiento social, la ansiedad ante el uso de las nuevas tecnologías o el agotamiento y la excesiva dependencia de estas.
“Se trata de un problema real y cada vez más preocupante, que es necesario atajar”, advierte el doctor Maset.
Consejos contra el tecnoestrés
1. Organiza bien tu jornada laboral. Planifica tu agenda del día sin sobrecargarla de actividades y gestionando los imprevistos con flexibilidad. En caso de falta de tiempo, selecciona las tareas más importantes según las prioridades y, si es posible, delega.
2. No te lleves el trabajo a casa. Desconecta en todos los sentidos: intenta no mantenerte pendiente del móvil o el portátil. Tampoco permitas que las conversaciones se centren en los asuntos pendientes o posibles problemas. Tras la jornada laboral o durante el fin de semana, procura disfrutar de tu ocio y de tus relaciones personales y familiares.
3. Separa tu vida laboral de la personal, también en las tecnologías. Puedes optar por emplear líneas de teléfono o incluso aparatos diferentes para ambas facetas de tu vida. Fuera de tu jornada laboral, apaga el móvil de trabajo y no envíes correos laborales a compañeros. Si solo usas un teléfono, desconecta la cuenta o sus notificaciones, al menos en tu tiempo libre.
4. La inmediatez no siempre te afecta. Es importante distinguir lo urgente de lo importante: si ese correo puede o no esperar a mañana sin afectar tu trabajo. Asegúrate de que existe una delegación clara para los asuntos urgentes cuando estás en tus horas de ocio, vacaciones o fines de semana.
5. Fórmate, si es necesario. Si sientes que no estás preparado o preparada para manejar determinadas tecnologías, valora inscribirte en cursos que te capaciten para ello o pide ayuda a quien sí las domine. Así harás que la herramienta trabaje para ti, ganarás confianza y reducirás el nivel de ansiedad, además de saber cómo activar funciones que te ayudarán a desconectar, como la de “No molestar” para móvil o “Leer o Enviar más tarde” para emails.
6. Aprende técnicas de autocontrol. Practicar de manera regular actividades como relajación, meditación, mindfulness o yoga te ayudará a neutralizar la activación fisiológica del organismo que produce el estrés y te proporcionará un mayor control de los pensamientos y de las emociones.
7. Cuida tu dieta. Sigue una dieta saludable, variada y equilibrada, que incluya frutas y verduras. Mantén horarios regulares y tómate siempre tu tiempo para comer con calma. Además, evita las bebidas con cafeína o alcohol o, si las consumes, hazlo con moderación.
8. Haz deporte de manera regular. El ejercicio físico reduce la intensidad del estrés y ayuda a que los episodios duren menos, además de fomentar una sensación de bienestar, siempre que no se haga por obligación. La mayoría de los expertos recomiendan dos horas y media de actividad aeróbica a la semana como correr, montar en bicicleta o nadar, siempre en función de tus capacidades y gustos.
9. Respeta las horas de sueño. Afrontarás mejor cualquier conflicto o situación compleja en tu día a día laboral. Trata de ir a dormir siempre a la misma hora y descansa, como mínimo, siete u ocho horas cada noche.
10. Solicita ayuda profesional si es necesario. Si, tras aplicar las anteriores medidas, sigues sin ser capaz de afrontar el tecnoestrés, recurre a la ayuda profesional. Tu médico de cabecera podrá ayudarte a identificar el problema y derivarte a un especialista o terapeuta.