Lo que dicen los psicólogos sobre las frases que más afectan a los niños
Estas son las frases más dañinas que los padres pueden llegar a decir a sus hijos, según la psicología
A pesar de que muchas personas pueden verlos como “adultos pequeños” lo cierto es que los niños son seres vulnerables cuya identidad se encuentra en formación y para ellos todo son nuevas experiencias que les ayudarán a moldear la forma en que ven el mundo y a ellos mismos.
Es por eso que el tipo de lenguaje y el tipo de frases que usemos para dirigirnos a ellos tendrá un impacto profundo en sus recuerdos, vivencias y personalidades.
Y aunque en el pasado existían muchas frases que era común que los padres dijeran a sus hijos, en la actualidad se sabe el gran daño que podían llegar a causar.
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Es por eso que aquí te contamos cuáles son algunas sentencias que algunos padres aún estilan decir a sus hijos y que causan gran daño en su autoestima para que podamos ayudar a evitar que se continúen reproduciendo en la mente de los menores.

Cuáles son las frases más dañinas que puedes decir a los niños, según la psicología
En psicología, se reconoce que ciertas frases pueden ser particularmente dañinas para los niños, ya que afectan negativamente su autoestima, desarrollo emocional y percepción del mundo. A continuación, algunas de las frases más perjudiciales y su impacto:
1. “No sirves para nada” o “Eres un inútil”: Genera baja autoestima, inseguridad y sentimiento de incapacidad. Puede provocar dificultades para confiar en sus habilidades y enfrentar desafíos.
2. “Ojalá no hubieras nacido” o “Eres un error”: Puede causar un profundo sentimiento de rechazo, tristeza y vacío emocional. Estas frases dañan gravemente el vínculo afectivo con los cuidadores.
3. “Por qué no eres como tu hermano/primo”: Comparaciones constantes generan envidia, resentimiento y sentimientos de inferioridad. El niño puede desarrollar problemas de autovaloración y competencia con otros.
4. “Deja de llorar, no es para tanto” o “Los niños fuertes no lloran”: Esta frase invalida sus emociones y contribuye a que reprima los sentimientos. Esto puede llevar a que, de adulto, tenga dificultades para gestionar sus emociones o expresarlas.
5. “Si no haces esto, no te quiero“: El niño interioriza la aprobación como algo condicional. Esto genera inseguridad emocional, miedo al rechazo y dependencia por la validación externa.

6. “Eres malo” o “Siempre haces todo mal”: Refuerza etiquetas negativas. Los niños pueden asumir que no tienen la capacidad de mejorar o que su valor como persona está dañado.
7. “Cállate, no sabes de lo que hablas”: Desacredita sus ideas y opiniones, dañando su confianza e inhibiendo su deseo de expresarse en el futuro.
8. “Si te portas mal, me voy”: Causa temor al abandono y genera inseguridad. El niño puede sentirse rechazado incluso por errores normales en su aprendizaje.
9. “Qué vergüenza me haces pasar”: Genera culpabilidad y percepción de ser una carga para los demás, afectando su autoestima y capacidad para expresarse libremente.
10. “Tú no puedes hacer eso”: Limita su sentido de competencia y confianza en sí mismo, cohibiéndolo a intentar nuevas cosas o enfrentar retos.
Es fundamental que los cuidadores utilicen un lenguaje constructivo para dirigirse a los niños. Reemplazar críticas o amenazas con frases que fomenten el diálogo, la empatía y la orientación ayudará a reforzar el desarrollo emocional saludable del niño.
Fuente: Infobae
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