¿Qué dice la psicología sobre la infidelidad?

¿Qué dice la psicología sobre la infidelidad?

¿Qué dice la psicología sobre la infidelidad?

Mujer llora mientras su novio se va

La infidelidad implica en gran parte de los casos un drama personal de gran trascendencia.

Es la vulneración de la confianza en la pareja, ahí donde se socava el compromiso, los anhelos, los pactos, la intimidad… Esta experiencia humana tan habitual origina infinitas grietas del corazón, dando forma a unas situaciones que no siempre manejamos con la necesaria eficacia.

Existen muchos motivos por los cuales uno de los miembros de la pareja llega a ser infiel. Los expertos en relaciones de pareja nos recuerdan que estas dinámicas basadas en la traición, van mucho más allá del carácter, la personalidad o la existencia de posibles déficits en la relación.

No obstante, sea como sea, el resultado siempre es el mismo: insatisfacción, sufrimiento, problemas que se enquistan y el complejo dilema sobre cómo actuar después de dicha infidelidad.

¿Cuáles son las causas de la infidelidad? Esto es lo que nos dice la psicología

Lo decíamos al inicio: no hay una causa exacta que explique la infidelidad. Pocos hechos tienen detrás tantos factores, en ocasiones profundos e inconscientes, a veces casuales y en gran parte de los casos determinados por hechos que conocemos a la perfección: atracción sexual, oportunidad, deseo…

No obstante, veamos qué nos dice la psicología al respecto.

Factores neurológicos

Este dato es interesante. Cada vez hay más evidencia de la implicación de la testosterona elevada como predictor de la infidelidad.

El doctor Sari van Anders, Ph.D. psicólogo clínico de la Universidad de Michigan ha realizado fascinantes evaluaciones de los niveles de T  (testosterona) tanto en hombres y mujeres, descubriendo que cuanto más altos eran los niveles de esta hormona, mayor era el deseo de buscar otros compañeros sexuales.

Tipos de apego

Profundicemos ahora en los estilos de apego y personalidad. La teoría de apego de John Bowlby nos dice que según el tipo de apego con el que hemos sido criados, determinará un menor o mayor riesgo a la hora de evidenciar conductas basadas en la infidelidad.

  • Un apego ansioso define a las personas más temerosas al rechazo, perfiles con escaso o nulo control de los impulsos. Un factor este de riesgo a la hora de traicionar a las parejas afectivas.
  • Un apego desorganizado. En este caso tenemos a esos hombres y mujeres incapaces de vincularse de forma auténtica con alguien. Son impredecibles, carentes de esa madurez emocional con la que construir un compromiso firme y seguro.

Los amantes del riesgo

Hay personas que tienen el sentido del riesgo más acentuado en su personalidad. Sus niveles de dopamina son más altos y necesitan de esas situaciones intensas con las que realizar algo prohibido, algo emocionante con las que intensificar el placer y la satisfacción. Traicionar a la pareja, tener encuentros sexuales fuera de la relación, son realidades que les generan un gran interés.

Poder y nivel económico

Por término medio, los perfiles con más poder y mayores ingresos muestran un perfil de infidelidad más elevado. No solo porque tienen más oportunidades, sino porque encuentran a menudo personas afines, personas con los mismos rasgos y atributos sociales, psicológicos y motivacionales con los que cruzar esa linea.

El deseo sexual

La infidelidad basada en el deseo sexual es la explicación más recurrente. Nuestra libido, el deseo incontrolable que nada tiene que ver con el enamoramiento conforman esas situaciones donde ciertos perfiles dan el paso y cometen la infidelidad. Otras personas en cambio, a pesar de ser conscientes de la atracción sexual dan más valor al pacto emocional hecho con la pareja y no llegan a cruzar esa línea.

La infidelidad emocional

A día de hoy, en un mundo cada vez más en línea e hiperconectado, son muy comunes este tipo de infidelidades: las basadas únicamente en el componente emocional (sin contacto sexual).

Hay veces en que iniciamos una amistad con alguien que llega a niveles más íntimos y cómplices que con nuestra propia pareja. Esto se debe a menudo al peso de la rutina, a la necesidad de algo nuevo o simplemente, a la búsqueda de aquello que no encontramos en nuestra relación.

Infidelidad e insatisfacción personal

En gran parte de los casos, la infelicidad surge fruto de una insatisfacción personal. Esto es, un sentimiento de infelicidad con la propia vida. Pero, ¿cuándo ha nacido este sentimiento? En muchas ocasiones, este se arrastra desde mucho antes de conocer a la pareja con quien se ha sido infiel.

Con frecuencia, la insatisfacción es fruto de miedos, inseguridades e indecisiones, que hacen que la vida vaya pasando sin ningún aliciente ni sentido personal, ya que no existe el atrevimiento de afrontar, resolver y decidir frente a las situaciones que le hacen infeliz a la persona.

En otras ocasiones, la insatisfacción aumenta dentro de la relación de pareja, ya que la pareja no funciona y no se toman decisiones.

Como consecuencia, la pareja mantiene cada vez más una relación distante, fría, y monótona, hacia la cual, la única solución que se intuye es la evitación y el aumento de la insatisfacción.

Sin embargo, como hemos dicho, la fidelidad es un pilar o base de toda pareja, entre otros pilares de la pareja, que conforman la estabilidad de la misma.

Como tal, romper con ese pilar, pone en riesgo la relación, ya que, entre otras cosas, la infidelidad genera desconfianza. Un valor muy importante y necesario para vivir la pareja como un lugar seguro.

Dentro de la insatisfacción personal, la persona insatisfecha que llega a la infidelidad, se podría definir como una persona que evita su realidad. Por lo tanto no se atreve a afrontarla.

Quizás por miedos o un bajo autoconcepto personal. De ahí que surjan las crisis, los roces, las discrepancias bien por conflictos antiguos no resueltos a nivel personal o bien sean de la propia pareja.

Para ello, es conveniente la ayuda de un profesional que pueda orientar a la persona infiel a abordar su realidad interna, sus problemas de autoestima o su incapacidad para construir un vínculo firme y seguro.

De esta manera, sabrá sacar la valentía y seguridad que le ayudarán a tomar mejores decisiones para llevar una vida mejor, plena y feliz.

Información tomada de La mente es Maravillosa 

 



El Día

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