La vitamina C ayuda a proteger las células del daño de los radicales libres y es esencial para mantener el buen funcionamiento del sistema inmunológico.
La vitamina C es un nutriente esencial para el funcionamiento adecuado del cuerpo humano. Si bien muchas personas asocian su consumo con la prevención de gripes y resfríos durante el otoño e invierno, sus beneficios van mucho más allá de reforzar el sistema inmunológico. La vitamina C actúa como un potente antioxidante, protegiendo las células del daño causado por los radicales libres, y es crucial para el crecimiento y reparación de tejidos en todo el organismo, según Medline Plus, el servicio de información de la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos.
Este nutriente cumple varias funciones vitales, como la producción de colágeno, una proteína esencial para la salud de la piel, tendones, ligamentos y vasos sanguíneos, y es fundamental para la curación de heridas, la formación de tejido cicatricial, el mantenimiento de cartílagos, huesos y dientes, y la absorción del hierro. Debido a que el cuerpo humano no puede producir ni almacenar vitamina C por sí solo, es necesario consumirla regularmente a través de una dieta equilibrada y variada que incluya alimentos ricos en esta sustancia.
Alimentos ricos en vitamina C
Aunque muchas personas asocian la vitamina C principalmente con las naranjas, existen numerosos alimentos que contienen mayores niveles de este nutriente. El brócoli, por ejemplo, aporta 110 mg de ácido ascórbico por cada 100 gramos, y su contenido se absorbe mejor cuando se consume crudo o cocido al vapor. Otro alimento destacado es el pimiento rojo, que aporta 127.7 mg de vitamina C por cada 100 gramos, más del doble que una naranja. En el caso de las hierbas, el perejil es una excelente fuente, con 133 mg de vitamina C por cada 100 gramos, convirtiéndose en una opción saludable para añadir pequeñas cantidades de este nutriente a las comidas.
El kiwi es otra fruta que destaca por su aporte de vitamina C, con entre 70 y 90 mg por cada 100 gramos, superando a la naranja, que contiene 50 mg, según un informe de la Universidad de Navarra, España. Además, las uvas aportan 90 mg y las frutillas 70 mg de vitamina C por cada 100 gramos, lo que las convierte en alternativas interesantes para incorporar esta sustancia a la dieta diaria.
Recomendaciones para una mejor absorción de vitamina C
La forma de consumir y cocinar los alimentos influye en la absorción de la vitamina C. Los expertos señalan que “la mayoría de las personas obtienen suficiente vitamina C con una dieta saludable”. Sin embargo, para maximizar su retención, lo ideal es consumir las frutas frescas y crudas. En cuanto a las verduras que requieren cocción, es preferible cocinarlas al vapor, lo que permite preservar la mayor parte de la vitamina C, según las recomendaciones de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH). Este método reduce la pérdida del nutriente, que es sensible al calor y puede degradarse con la cocción prolongada o en agua hirviendo.
Síntomas y consecuencias de la deficiencia de vitamina C
La deficiencia de vitamina C puede afectar al organismo de diversas formas y, si no se aborda a tiempo, puede derivar en complicaciones de salud significativas. Entre los síntomas más comunes se encuentra una sensación constante de fatiga. Otros síntomas incluyen el sangrado de encías, moretones frecuentes, cicatrización lenta de heridas y dolor en las articulaciones.
Una deficiencia prolongada y grave de vitamina C puede llevar al escorbuto, una enfermedad que se caracteriza por anemia, inflamación y sangrado de encías, y mala cicatrización. Esto ocurre porque la vitamina C es fundamental para la producción de colágeno, una proteína necesaria para mantener la estructura de la piel, los vasos sanguíneos y otros tejidos. Además de aumentar la predisposición a infecciones respiratorias, los bajos niveles de vitamina C también pueden afectar negativamente la salud de los huesos y dientes, e incluso interferir con la absorción de hierro.
Algunas poblaciones están en mayor riesgo de sufrir esta deficiencia, como las personas que no consumen regularmente frutas y verduras, los fumadores o quienes están expuestos al humo del tabaco, y aquellos que padecen ciertos trastornos gastrointestinales o determinados tipos de cáncer, según información de la Clínica Mayo.
Dosis diaria recomendada de vitamina C y factores de riesgo
La cantidad de vitamina C que el cuerpo necesita varía según factores como la edad, el sexo y el estado de salud. Según la Clínica Mayo, la dosis diaria recomendada para los adultos es de 90 mg para hombres y 75 mg para mujeres. Sin embargo, hay circunstancias que pueden aumentar la necesidad de este nutriente, como el hábito de fumar o la exposición al humo de segunda mano, que pueden reducir los niveles de vitamina C en el cuerpo. De igual manera, ciertas afecciones gastrointestinales o tipos de cáncer pueden afectar la absorción y requerir un mayor aporte de esta vitamina.
Aunque la mayoría de las personas puede obtener suficiente vitamina C a través de una dieta balanceada que incluya frutas y verduras frescas, quienes no tienen una ingesta suficiente de estos alimentos pueden necesitar suplementos para alcanzar los niveles óptimos.
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Tomada de *Infobae*