Los vapes varían en tamaño y uso, siendo estos desechables y recargables y con cientos de líquidos de sabores. Elieser Tapia
Santo Domingo.-Humo dentro de los centros de diversión, los autos, las casas y hasta en las escuelas, es el reflejo del consumo de cigarrillos electrónicos, vapes o váper, que ha ido en constante crecimiento en el país conforme pasa el tiempo.
Esto ha provocado que cada vez sea mayor la proliferación de negocios de este tipo, que se dedican a la venta y comercialización de esos productos, a los cuales muchos se acercan con la intención de dejar de fumar el cigarrillo tradicional.
Estos comercios se han expandido con rapidez, llegando a verse en las esquinas de los barrios de las grandes urbes y en los campos más alejados en el interior del país.
Variedad
Y esto va más allá, porque se pueden encontrar decenas de estos establecimientos a través de las redes sociales, como Instagram, donde los vapes cuyas formas van desde un bolígrafo y otras un poco más grandes, pero todas sus versiones de bolsillo, son mostrados al público ofreciendo facilidades de envío.
Los vapes, además de los estilos, pueden ser desechables o recargables, siendo los primeros con capacidades desde 400 hasta los 12 mil “puffs”, término utilizado para referirse a las inhaladas o caladas, es decir, su vida útil.
De ahí también se desprenden los precios de estos cigarrillos electrónicos, por lo que se encuentran a partir de los 400 pesos y 5,000 o 6,000 pesos, dependiendo de su capacidad.
Así lo explica el presidente de la Asociación de Hooka RD, Charles Melenciano, quien expresa que al igual que el costo, en estos productos varía la cantidad de nicotina que contiene el líquido utilizado para los vapes recargables, cuyo rango está entre 20 a 70 %.
Además, hay una amplia variedad de sabores, entre ellos mango, melón, melocotón, fresa, así como con sensación fresca o con sal, y con diferentes tamaños y marcas, algunas con nombres llamativos como “La 42”, “La Reina del Sur”, “La Para”, “Pablo Escobar”, entre otros.
Sus consumidores
Melenciano reconoce que el público, en su mayoría, es joven, pero asegura que cada vez son más los adultos de 40 a 55 años que van en busca de estos productos, ya que a diferencia del cigarrilo convencional, no les deja olor a tabaco en su boca, su ropa y sus manos, sino uno más agradable.
“Es que vaper tira un olor agradable que no le molesta a la gente como hace el humo de otros cigarrillos”, recalca.
Javier es un joven residente en Villa María, consumidor de este producto desde hace dos meses con la finalidad de dejar de fumar cigarros.
“Este me marea, no es igual que el cigarro”, sostiene al señalar que su vape lo lleva en el bolsillo, pero no lo utiliza constantemente. “No lo uso siempre, pero cuando me da ganas de fumar cigarrillo, le doy dos jalones y ya”.
Al preguntarle si ha leído sobre los problemas de salud por utilizar esos productos, entiende que probablemente lo utilizaron demasiado y cree que puede dejar de consumir ese en cualquier momento.
El problema con estos cigarrillos electrónicos es que contienen nicotina, que es altamente adictiva y puede alterar el desarrollo cerebral de los adolescentes, que es la parte de la población que actualmente se puede ver en las calles utilizándolos.
Hasta el momento la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) no ha comprobado que sirva para dejar de fumar.