La administración del presidente Luis Abinader ha apostado al desarrollo de dos proyectos de turismo integral distantes entre sí, pero que podrían estar constituyéndose en un interesante triángulo de desarrollo.
La rueda que se puso a rodar con el proyecto de desarrollo de Pedernales ya difícilmente detenga su marcha de prosperidad que transformará todo el sur profundo.
En el otro extremo, arrancó de manera sostenible el proyecto de Punta Bergantín, que está destinado a relanzar el turismo en toda la costa norte, incluyendo a Santiago.
Ambas apuestas desde ya están mostrando su potencial y empiezan a irradiar las mejoras materiales que pueden llevar de manera directa a las zonas donde influyen y de manera global a la economía nacional.
Con la región este, un modelo de iniciativa privada, se puede completar el triángulo nacional de desarrollo turístico, con impacto en cada rincón de la geografía nacional.
Está demostrado que República Dominicana puede apostar al turismo como instrumento de desarrollo y generación de riquezas.
Legendarios países de Europa tienen en el turismo una de sus principales columnas para el desarrollo económico. Ciudades icónicas como New York, París, Madrid, Tokio o Londrés, para sólo citar casos de cinco países distintos, han descubierto en el turismo el complemento ideal para el fortalecimiento de sus economías modernas.
La apuesta por el turismo ha sido correcta y ahora le toca a Pedernales y a Punta Bergantín demostrar lo lejos que podemos llegar.