Bloomberg News.-Puerto Rico, que tiene una deuda gubernamental y de agencia que asciende a 70 mil millones de dólares y cuya economía se está contrayendo, enfrenta la primera prueba de la voluntad de los inversores de comprar sus títulos a largo plazo con un plan para ofrecer bonos luego de una oferta frustrada en 2013.
La comunidad autónoma de Estados Unidos, que tiene una calificación de deuda casi de basura y una tasa de homicidios que duplica la de Chicago, piensa emitir una cantidad no determinada de deuda a largo plazo este mes o en febrero, según Alix Anfang, del Banco Gubernamental de Fomento en Nueva York.
Los rendimientos en alza forzaron un plan en el cuarto trimestre para vender hasta 1,200 millones de dólares en deuda respaldada por impuestos a las ventas, llamados bonos Cofina.
Si bien el gobernador Alejandro García Padilla dice que el territorio y sus agencias pagarán sus obligaciones en tiempo y forma, existen dudas respecto de esta promesa teniendo en cuenta que la economía se contrajo en seis de los últimos siete años.
Los inversores la semana pasada exigían rendimientos récord para comprar deuda de Puerto Rico.
“El acuerdo Cofina es uno de los elementos cruciales que necesitan implementar para conservar su calificación de deuda”, dijo James Dearborn, jefe de bonos municipales de Columbia Management Investment Advisers en Boston, que supervisa 30 mil millones de dólares en bonos municipales y tiene deuda portorriqueña. Al igual que Dearborn, los inversores mucho más allá de la isla caribeña están observando la salud financiera de Puerto Rico.
Más de tres cuartas partes de los fondos mutuos municipales de Estados Unidos tienen sus títulos, que están exentos de impuestos en todo el país.
Si bien la comunidad autónoma no es elegible para presentar una petición de quiebra, un incumplimiento de pago de sus bonos podría empequeñecer la solicitud de protección bajo el Capítulo 9 de Detroit, que se llevó a cabo en julio por una cifra sin precedentes de 18 mil millones de dólares