En el Partido Reformista Social Cristiano falta un árbitro que propicie la reconciliación entre sus dirigentes. Cada uno tiene su propia aldea y nadie quiere un cacique que le trace ideología ni directrices.
Es decir, que el PRSC se maneja como una selva desde que el expresidente Joaquín Balaguer decidiera no dejar un heredero.
Lo mismo ocurrió con el Partido Revolucionario Dominicano, que se ha convertido en una entidad muy disminuida después de algunos procesos electorales.
Falta de árbitro
Igual situación se ha presentado en el Partido de la Liberación Dominicana por el tema de las primarias, poniendo en entredicho su liderazgo.