El Partido Reformista Social Cristiano ha decidido pasar a ser un “partido de cuadros”. En otras palabras, acaba de asumir su condición de “partido chiquito”.
Todos los partidos minoritarios son “partidos de cuadros” y sus presidentes son perpetuos y para tumbarlos de ahí hay que confesarse con el rey del averno. Antún Batlle podría estar asegurando en el PRSC un pontificado más largo que el del papa Juan Pablo II.
Despenalizar al consumidor
El director de Casa Abierta, Raddamés de la Rosa, ha puesto sobre la mesa un tema de discusión peliagudo, pero necesario.
Plantea la idea de que no se imponga castigo al consumidor por su condición de usuario de narcóticos y que quien sea sorprendido usándolos en lugares públicos se le imponga una sanción como se hace al conductor que viola una señal de tránsito.
Él hace la salvedad de que eso no implica legalizar la droga, sino que el consumidor no sea tratado como un criminal, que es lo que ocurre ahora.
Vale la pena no tirar esa reflexión en un saco roto y observar el efecto, positivo o negativo, que ha tenido esta medida en otros países.