Primero se debe dejar por sentado que el Tribunal Constitucional es un órgano constitucional con una alta carga político-ideológica pero con una pata metida en lo jurisdiccional.
Por tales razones, en la selección de sus integrantes debe tomarse en consideración elementos como su conocimiento de la sociedad dominicana, experiencia jurídica y su huella ideológica.
Ahora que se escogerán cinco miembros hay que tener una combinación de perfiles. Sería pertinente traer personas con experiencia en los tribunales (jueces de carrera) y otros que sean juristas experimentados con dominio de la anatomía social.
También combinar el vigor con la experiencia, porque definitivamente, necesitamos jueces laboriosos.
Al perfil del que sea considerado para la Presidencia del Tribunal Constitucional se le debe agregar capacidad gerencial o conocimiento del órgano en cuestión.
El Consejo Nacional de la Magistratura tiene una gran responsabilidad, pues los cinco nuevos miembros son el 40 por ciento del TC y podría variar significativamente su filosofía.
El actual presidente del Tribunal Constitucional puede sentirse orgulloso de haber liderado el proceso de construcción de una institución confiable, eficiente y con madurez. Podrá exhibir un legado que le asegura un espacio preponderante en la historia jurídica nacional.
Confiamos en que el Consejo Nacional de la Magistratura sabrá hacer la mejor elección entre los muchos candidatos que serán evaluados en el proceso previo.