Dentro de varios días tendremos un acontecimiento inevitable. Terminará el año 2022 y dará paso a un año nuevo. El país entra de lleno, a partir de la esta semana, en un periodo muy singular y de facilidades para la diversión hasta altas horas de la madrugada.
Las autoridades, de todas formas, deben mantener ciertos controles que no deben ser violentados. Hablamos de expendio de bebidas alcohólicas a menores de edad, que además llegan a esos lugares conduciendo vehículos. El control del porte de armas de fuegos debe ser tema de atención, conjuntamente con un volumen moderado de la música en lugares abiertos.
No se trata de una labor unilateral de las autoridades. En este periodo deben colaborar tanto los dueños y administradores de establecimientos de diversión a cielo abierto, así como de expendio de bebidas alcohólicas. Sin lugar a dudas, el control familiar debe jugar un papel fundamental.
Nada mejor que advertir a tiempo a la juventud para que también asuma un papel de responsabilidad en este periodo.
Hoy más que nunca, con la ayuda de las redes sociales y los teléfonos móviles, la familia debe mantener una mayor vigilancia sobre la seguridad y el destino de cada uno de sus miembros, a la hora de escoger un lugar para su sano esparcimiento.
El regreso seguro a casa, luego de la diversión, también entra dentro de las responsabilidades compartidas con las autoridades.
Los dominicanos, la familia reunida con los parientes que visitan el país, bien nos merecemos un grandioso fin de año de diversión, pero debemos actuar con sensatez y comedimiento.
