La vorágine de la política cotidiana eclipsa lo que ocurre en el interior del país. Ocurre que la gente demanda cada día obras comunitarias, mejor servicio de agua y de energía.
Sin embargo, la voz de esos residentes se opaca por las diatribas político-partidarias, mientras muchos legisladores guardan silencio, en lugar de hacer gestiones ante las autoridades competentes para viabilizar acciones que contribuyan a mejorar la vida de vida.
El olvido será mayor cuando entre en vigencia toda la campaña electoral.