Consideradas por activistas como símbolos del racismo, las estatuas de Cristóbal Colón y de líderes del ejército confederado han sido objeto de la ira de la ola de protestas en Estados Unidos.
Manifestantes contra el racismo a lo largo del país destrozaron estatuas del navegante europeo en las ciudades de Massachusetts, Minnesota, Florida y Virginia en los últimos días.
Una estatua de Colón de tres metros fue derribada en Saint Paul, ciudad adyacente a Minneapolis, donde murió George Floyd cuando era arrestado por la policía, hecho que desató la actual ola de protestas.
También otro monumento al explorador en Boston, Massachusetts, que se alza en un pedestal en el corazón de la ciudad, fue decapitado.
Por otra parte, una estatua del presidente de los estados confederados Jefferson Davis (1861-1865), durante la Guerra Civil estadounidense, fue derribada en Richmond, Virginia, el miércoles por la noche.
Y otros monumentos de confederados en la ciudad de Richmond también fueron atacados con pintura.
Las protestas contra el racismo resurgieron en EE.UU. a raíz de la muerte bajo custodia policial de Floyd ocurrida el pasado 25 de mayo en Minneapolis.
El caso ha provocado protestas a lo largo de Estados Unidos y en otros países contra el uso excesivo de la fuerza policial y la desigualdad racial.
Y símbolos de la Confederación, un grupo de estados del sur que lucharon para mantener a los negros como esclavos en la Guerra Civil estadounidense de 1861-1865, se encuentran entre los objetivos.
Contra los simbolismos
Cristóbal Colón es recordado tanto en las calles como en los libros de texto escolares como el líder de la expedición española que en 1492 dio con las Américas, entonces el «Nuevo Mundo».
Pero activistas, principalmente los nativos americanos, se han opuesto durante mucho tiempo a honrar su memoria pues consideran que sus expediciones llevaron a la conquista y el genocidio de sus antepasados.
Por otra parte, gobiernos locales y organizaciones sociales han hecho campañas para la eliminación de los símbolos confederados, los cuales asocian con el racismo.
La semana pasada, el gobernador de Virginia, Ralph Northam, anunció que una estatua del general confederado Robert E. Lee sería retirada de Richmond.
Sin embargo, un juez emitió una orden temporal que detiene la remoción.
Los directivos del serial del automovilismo Nascar anunciaron el miércoles la prohibición del despliegue de las banderas confederadas, que se ven con frecuencia en las carreras.
Mientras tanto, el presidente Donald Trump ha rechazado los llamados para cambiar el nombre de las bases militares nombradas en honor a los generales confederados, pues los considera parte de la herencia de Estados Unidos.
«Los Estados Unidos de América entrenaron y desplegaron a nuestros HÉROES en estos terrenos sagrados, y ganaron dos guerras mundiales. Por lo tanto, mi administración ni siquiera considerará el cambio de nombre de estas instalaciones militares magníficas y legendarias», dijo en Twitter.
It has been suggested that we should rename as many as 10 of our Legendary Military Bases, such as Fort Bragg in North Carolina, Fort Hood in Texas, Fort Benning in Georgia, etc. These Monumental and very Powerful Bases have become part of a Great American Heritage, and a…
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) June 10, 2020
Una reacción similar contra las estatuas de comerciantes de esclavos se vio en Reino Unido desde la muerte de Floyd.
Los manifestantes derribaron una estatua del comerciante de esclavos Edward Colston y la arrojaron al río durante una protesta en la ciudad de Bristol el domingo.
A principios de esta semana, una estatua del famoso propietario de esclavos Robert Milligan fue retirada del exterior del Museo de los Docklands, en Londres.
Y la famosa estatua del primer ministro Winston Churchill, ubicada frente al Parlamento en el centro de Londres, también fue atacada con pintura.