Pros y contras de la campaña anticipada

Pros y contras de la campaña anticipada

Pros y contras de la campaña anticipada

La campaña política adelantada, el gran activismo de las organizaciones por alcanzar la primacía en el interés de la población, sea votante o no, genera opiniones contrarias, especialmente entre los que se resienten de los partidos.
Pero la realidad es que este activismo, que todavía no llega a los niveles febriles que deberá alcanzar cuando hayan sido definidas las candidaturas, tiene también aspectos favorables para la vida pública.

El Gobierno, sólo para dar un ejemplo, se quita de encima mucha presión social debido a la canalización de los disgustos, los malos entendidos y las insatisfacciones en las comunidades y los grupos de presión hacia las propuestas políticas.

Y aunque parece un arma de doble filo, en realidad no lo es tanto, porque pierden efectividad los reclamos y demostraciones cuando la opinión pública los tiñe con el color de una bandera, contrario a lo que pasa cuando los gobiernos tienen que vérselas con el disgusto de uno o varios sectores conectados con un sentimiento generalizado de inseguridad, de incapacidad para dar soluciones o de que son parte de una gavilla quienes ponen las manos sobre los bienes públicos.

La que toma impulso en estos momentos es una campaña política en tres escalones. Tiene un primer peldaño en la elección de candidaturas en los partidos, agrupaciones y movimientos que deberán ser definidas este año, un segundo escalón en las elecciones municipales programadas para febrero y un tercero en las presidenciales y legislativas de mayo.

Como con las altas temperaturas de estos días, las cuales son apenas un avance de lo que nos espera bajo el rigor de agosto y septiembre, así también las demostraciones de la política partidista, generalmente enfocada en demeritar las iniciativas oficiales.

Desde luego, esto también tiene su aspecto positivo, que no es otro que el de propiciar una planificación más cuidadosa en todos los niveles de la administración pública para no darle pólvora a una oposición vigilante.



El Día

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