*Por Edith Febles
Santo Domingo.-La historia de Nutri-Med CAS, Nutrición & Medicina es un relato de un programa de salud que pasó de ser una “piedra angular” para SeNaSa, a recibir una orden de desmonte total tras una fiscalización por parte de las autoridades reguladoras.
Los cuestionamientos y motivos planteados por la Superintendencia de Salud y Riesgos Laborales (SISALRIL) se centraron en la legalidad de los servicios prestados, la racionalidad del gasto y la eficacia del programa.
Esta empresa, especializada en la provisión de suplementos y evaluaciones nutricionales a afiliados del régimen subsidiado del Seguro Nacional de Salud (SeNaSa), fue creada por Cinty Acosta Sención tras comprar las acciones de un pequeño proyecto a cuyos titulares originalmente se unió como socia, pero con los que rompió lazos en poco tiempo.
Su empresa NUTRIMED recibió más de cuatro mil millones de pesos como compensación por un programa cuestionado en varios informes de SISALRIL, cuyos técnicos advirtieron desde 2002 que constituía un riesgo financiero para la ARS y pusieron en dudas su eficacia y trazabilidad.
No obstante, el programa se mantuvo activo hasta finales de 2023.
En SENASA existieron dos programas de nutrición con características parecidas, Nutrimed y Flavorheart.
Esta última recibió casi dos mil millones de pesos y sus nutrientes estaban destinado a estudiantes, además de ancianos.
Ambos servicios fueron desmontados por orden del órgano regulador después de varios informes y hasta una auditoría que los condujo a sus instalaciones carentes de letrero u otra identificación.
Cliente único
Los dos casos, sus empresas, sus afiliadas y sus nutrientes fueron registrados a la par con su contratación después de 2020, teniendo a SENASA como único adquiriente.
El proyecto fue integrado a un programa denominado “Senasa cuida de ti”, que desde 2018 operó con módicas partidas económicas destinadas a proveer sillas de ruedas, pañales desechables y camas a personas envejecientes.
El programa “Evaluación Nutricional Adulto Mayor” consistía en proveer consultas, evaluaciones nutricionales y funcionales, guías de ejercicios y alimentación para adultos mayores y kits de suplementación (con costos que oscilaban entre RD3,275.00 y RD5,275.00). Contenían, principalmente, revidox antioxidante.
El contrato inicial de adquisición de proteínas y antioxidantes fue firmado el 5 de octubre de 2020, pocas semanas después de iniciar la gestión de Santiago Hazim.
La empresa original era Nutrimed. Pero la convivencia entre Acosta Sención y los propietarios originales del entonces modesto proyecto culminó tras tensas relaciones.
El tiro de gracia para terminar el incipiente acuerdo fue la cancelación del contrato por parte de Hazim, quien el 10 de febrero de 2021 notificó su decisión por escrito.
Para entonces los antiguos propietarios -una pareja de médicos que llegó al proyecto invitados por un pariente de Acosta Sención- habían perdido el control de la empresa.
Acosta Sención terminó comprando la empresa y modificó su nombre, según consta en los registros oficiales a los que hemos tenido acceso.
La naciente Nutrimed fue llamada a firmar nuevas adendas para suministrar insumos que están fuera del catálogo del plan básico.
En sus justificaciones de la compra, SENASA apelaba a la Constitución y el espíritu de bienestar social que promueve la Ley de Seguridad Social, entre otros argumentos, que no convencieron a los técnicos que elaboraron varios informes hasta que finalmente, se ordenó su cierre.
Finanzas afectadas
Las alertas saltaron a finales de 2022 cuando SISALRIL identificó un eventual sobregasto reportado por ARS SeNaSa y mostró preocupación por el efecto que ese monto tendría sobre la siniestralidad general del Plan Básico de Salud. Para entonces SENASA registraba retrasos de pagos a algunos de sus proveedores que iniciaron reclamaciones.
Según el informe de SISALRIL, “se identificó que Nutrimed subcontrató los servicios de otra empresa, sin habilitación adecuada, para la distribución de suplementos.
Además, el contrato con SeNaSa facultaba a Nutrimed a distribuir kits a pesar de que no se evidenciaba la facultad otorgada por el Ministerio de Salud para ello”, llegaron a señalar.
Los técnicos de SISALRIL cuestionaron “la ausencia de una evaluación que mida los resultados favorables de los usuarios, lo que hace imposible medir el impacto positivo del programa sobre la salud de los afiliados a corto, mediano o largo plazo”, ya que el contrato con Nutri-Med no establecía “indicadores de resultados relacionados al proceso de atención”.
En una carta dirigida a Feris Iglesias, titular de SILSARIL, el 9 de noviembre de 2023, el director de SENASA, ahora bajo arresto, defendió los resultados de los programas de nutrición “ha sido tan positivo el impacto en esta población, que en los últimos meses haN sido dados de alta más 17,000 adultos mayores por haber alcanzado un estado óptimo en sus condiciones de salud, impactando de forma positiva en cerca de 139,000 afiliados, y bridando más de 800,000 atenciones”.
Seis meses antes, el 29 de mayo de 2023, el gerente de Salud de Senasa, Francisco Iván Minaya también escribió a Feris Iglesias diciendo que los programas de nutrición “se han convertido en nuestra piedra angular, previniendo drásticamente las enfermedades de esos grupos vulnerables, todo de acuerdo con lo que establecen las normas vigentes, incluyendo la Constitución (…) y el Catálogo de Prestaciones de nuestro PDSS”.
Minaya, quien guarda prisión , trató de encontrar un hueco para los nutrientes en el PDSS.
Responsabilidades
— Hábitos de salud
En la parte del catálogo que aborda las atenciones primarias en salud, se describen las funciones desarrolladas a través de los centros de primer nivel, y dentro de estos se incluyen las acciones de promoción y educación.