SANTO DOMINGO.- El procurador general, Francisco Domínguez Brito, aseguró que el Estado dominicano, representado por el Ministerio Público, se siente satisfecho con las autoridades judiciales de Polonia, por la forma en que hasta el momento se ha procedido en el caso del cura de Juncalito, Alberto Gil.
“Manifestamos satisfacción ante las acciones emprendidas por la Fiscalía de Polonia, ante un caso que ha llenado de dolor y vergüenza a toda la iglesia Católica, pero sobre todo, ha mancillado, vulnerado y atropellado la inocencia y la dignidad de niños”, asegura Domínguez Brito.
El Procurador General dominicano asegura además que este tipo de acciones bajo ninguna circunstancia puede albergar la más mínima posibilidad de impunidad.
«Por el contrario confiamos en nuestros homólogos polacos, con quienes hemos mantenido de forma constante, conversaciones y colaboración, lo que entendemos ha permitido que finalmente se proceda al apresamiento de quien en su momento fuera el padre de Juncalito».
“La justicia no debe tener fronteras para enfrentar y castigar los hechos punibles y criminales, como es el caso del cura Alberto Gil, contra quien hemos presentado pruebas contundentes de abuso sexual, en detrimento de varios menores de edad en territorio dominicano”.
El Procurador General aseguró que si es permitido por la legislación y por las autoridades de la Procuraduría de Polonia, en su momento estaría dispuesto a enviar a fiscales dominicanos para que pudieran dar soporte a sus homólogos en esa nación, en un eventual juicio contra Gil.
Domínguez Brito reitera su confianza, “al mismo tiempo que rectificamos nuestra posición de continuar acompañando a las autoridades de Polonia en todo cuanto sea necesario, con el firme propósito de obtener una condena ejemplar, contra el religioso”.
De su lado la procuradora fiscal titular de Santiago, Luisa Liranzo, quien estuvo presente junto a Domínguez Brito y es la que ha encabezado y dirigido todas las investigaciones y procedimientos en este caso, informó que la pasada semana fueron despachados a solicitud del Ministerio Público de Polonia, unas documentos para ajustar a todo el proceso que se le sigue en esa nación al religioso.