La coyuntura electoral puede estar en la base de los esfuerzos que hace el magisterio organizado en la Asociación Dominicana de Profesores para conseguir reivindicaciones extras y un aumento significativo de los sueldos.
El Gobierno ha cedido algo.
Pero tal vez los del gremio de los profesores no están satisfechos.
Y quizás entienden que deben apretar más en este momento.
Al otro lado, en las aulas, están los profesores y los estudiantes. Unos esperanzados en el éxito del denominado “método de lucha” ideado desde la burocracia del gremio, los otros viendo llegar los días finales del año escolar para pasar al siguiente peldaño dentro del mismo sistema educativo o en otro superior.
El Ministerio de Educación había anunciado la semana pasada un aumento de 8 % y luego de las conversaciones del pasado miércoles elevó el incremento de los sueldos del magisterio público a 10 %.
La disposición de los dirigentes de la ADP a luchar por reivindicaciones debe ser valorada.
Y tal vez reorientada, porque si es cierto que reclamar mejoras para los profesores se refleja en buena imagen de los dirigentes dentro del gremio que los agrupa, la combinación de estas confrontaciones con la atención puesta en los estudiantes y en el país contribuiría de manera significativa a mejorar esta imagen en la opinión pública, que no es poca cosa.
Cada vez el Gobierno dice que no puede acoger las peticiones de mejoras de ingresos porque son muchos y cualquier aumento, por modesto que parezca cuando se particulariza, dispara la nómina contra el presupuesto de Educación.
Al final queda la impresión de que los profesores son unos egoístas, que toman a los estudiantes de rehenes cuando el año escolar llega a su fin para sacar ventajas. ¡Y es verdad!
¿Y si las presiones en una ocasión estuvieran orientadas a conseguir aumentos del pago y en otra para lograr las condiciones de una educación de mejor calidad?
Probemos, profesores.