Las afecciones de salud, tanto las que se tienen desde hace algún tiempo como las que pueden ser adquiridas en estos días, deben ser priorizadas para evitar males mayores en un ambiente tormentoso.
Hemos visto informaciones sobre la visita de pacientes muy jóvenes a las consultas pediátricas por causa de afecciones pulmonares.
En las condiciones presentes esto es previsible debido a la sobrecarga de humedad después de seis días consecutivos con lluvias en por lo menos las provincias de la costa sur del país.
Las advertencias sobre los riesgos de daños a la salud han estado presentes desde los primeros días de estas condiciones especiales por la presencia de Melissa en el Caribe.
Ahora, cuando al parecer las lluvias empiezan a ceder, es necesario hacerse conscientes de la proliferación de mosquitos, como muy bien ha sido advertido desde el Ministerio de Salud Pública, un hecho que puede llegar acompañado del dengue, una afección que este año ha tenido un bajo registro clínico.
El de la salud será un costo de las aguas de la tormenta para muchos a quienes ni siquiera les pasó cerca una cañada con agua contaminada, porque es natural en estos casos.
Una persona con una cirugía en la rodilla en la que ha recibido una prótesis recientemente se queja del inesperado dolor que lo afecta y de tener que tomar calmantes para el caso, pero también de una inflamación repentina de la que pensaba que se había escapado.
¿Qué no será de quienes por el lugar en que viven o por haber tenido que involucrarse en tareas de apoyo, búsqueda y rescate debieron vérselas durante varios días con las aguas de Melissa?
La salud es, pues, una tarea prioritaria en la circunstancia presente, inclusive para quien se expuso por motivos de diversión
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