Ramón Nicasio Familia Alcántara mientras era vacunado por el ministro de Salud Pública, Plutarco Arias.
SANTO DOMINGO.- Confiado en que la vacuna es lo que puede poner fin a la Covid-19, Ramón Nicasio Familia Alcántara, coronel, subdirector médico internista del Hospital militar Doctor Ramón De Lara de la FARD, pidió y fue complacido en ser el primer dominicano inmunizado contra la pandemia.
Mucho antes de que el Sars 2, que genera el coronavirus llegara al país, ya él y su equipo se habían preparado para enfrentar el Ébola (Ebolavirus). De ahí que les fue fácil asumir el reto cuando el pasado 23 de abril llegó aquí el primer caso, del italiano Claudio Pascualini.
Este martes , como en los días sucesivos, Familia Alcántara, con 27 años en ese hospital y 54 de edad, dijo estar de buen ánimo y sin efectos secundarios tras ser inyectado por lo que siguió su rutina de visitar a los pacientes de la COVID-19, a los médicos intensivistas y neumólogos a cargo de casos por el virus.
Encarar reto
Como encargado del área de COVID-19, y como algo normal sintió el temor de una enfermedad desconocida, pero les fue fácil aclimatarse.
“Si uno como médico-militar sabe que tiene un deber somos los primeros que debemos encarar cualquier situación¨, comentó el profesional que a a pesar de que han manejado más de mil 400 ingresados, no se ha contagiado gracias a la práctica de cuidarse y seguir el protocolo de bioseguridad.
Afirma que han atendido muchas personas al margen de los internos, y lo que más le ha impactado es la celeridad con que el virus ataca a algunos pacientes, que aún con el protocolo empeoran y no salen del cuadro clínico.
“Es una patología que nos ha enseñado mucho, una enfermedad que puede ser asintomática o totalmente agresiva, con un desenlace fatal”, puntualizó.
Como médico afirma que todos sus pacientes son importantes y se siente satisfecho de servir. El galeno que trabaja relativamente toda la semana, porque además de ese centro es médico internista del Hospital de Sabana Grande de Boyá porque le apasiona lo que hace , aunque al inicio de la COVID-19 estuvo expuesto al público, dice ser un profesional de bajo perfil, oriundo de Guayabal, Padre Las Casas (PLC), de Azua.
Sus inicios
Tras sus estudios primarios en su ciudad natal, se trasladó a PLC al Liceo José Francisco Bobadilla y más adelante vino a la Capital e ingresó al Colegio Pitágoras en Cristo Rey.
Luego incursionó en la medicina en la Universidad Autónoma de Santo Domingo. A raíz de que murió su madre se vio en necesidad de trabajar y terminó en la Universidad Tecnológica de Santiago.
Se graduó en 1992 y en el 1994 solicitaron personal en el Hospital de Fuerza Aérea Dominicana Ramón de Lara y fue seleccionado. Desde entonces, ha ocupado diversos puestos, entre estos encargado de la Unidad de Cuidados Intensivos, coordinador de la Residencia de Medicina Interna, jefe de Enseñanza y lleva seis años siendo como subdirector médico.
