El gasto en materia de seguridad, solo en la frontera, se incrementó un 15 %, informó el presidente Luis Abinader, sin ofrecer detalles sobre el monto actual.
El incremento incluye la compra de nuevos equipos y el reforzamiento de la fortaleza de Dajabón. Son medidas necesarias de cara a lo que son decisiones de Estado importantes en el último trimestre del año.
El presupuesto, en otro orden, también debe cubrir áreas de vital importancia para la sociedad. Por ejemplo, de un tiempo a esta parte tres temas se han convertido en frecuentes y muy recurrentes en las páginas de los diarios. Hablamos, sin que obedezcan a un rigor estricto, del dengue, la muerte violenta de mujeres y el sicariato, que deja casos pendientes y sin solución a la vista.
Tienen en común no sólo que demandan mayor inversión. También que su solución está en manos de distintas autoridades, que trabajan en diversas instancias del Estado dominicano. Dos de ellas corresponden a la justicia, y el caso del dengue al Ministerio de Salud Pública, naturalmente.
No hay un solo día, o una semana, que no cubra con un crespón de luto en los hogares dominicanos por uno de estos tres hechos.
El dengue ya ha cobrado la vida de tantos dominicanos, que el cómputo real ya no trasciende a los medios. Igual ocurre con las mujeres que mueren a manos de sus esposos o antiguos compañeros; y la cuenta de las personas que mueren por encargo, ligadas al narcotráfico u otras circunstancias, sin importar de quien se trate, ya forma parte de un drama cotidiano.
Indudablemente, que estamos inmersos en un proceso de degradación social que se ahonda cada día más. ¿Qué esperan las autoridades, el Gobierno y las instancias de la justicia, o de Salud Pública para tomar las decisiones de lugar? En este último trimestre de trabajo todavía estamos a tiempo para recurrir a presupuestos extraordinarios e implementar los correctivos adecuados.
