Hay instituciones del Estado, incluidos organismos autónomos y cabildos de todo el país, que tienen la folclórica cultura de recurrir a millonarios préstamos de última hora para pagar la nómina del doble sueldo.
El procedimiento contradice todas las normas administrativas, que establecen tomar todas las previsiones de lugar para que el sueldo trece o regalía pascual aparezca incluido en las partidas del presupuesto general de las instituciones.
El recurso de solicitar a última hora un préstamo millonario al Banco de Reservas u otra entidad financiera constituye una práctica de vieja data.
La lista de las instituciones que recurren a la clásica excusa se haría larga, pero preocupa que haya que esperar al último mes para armar paquetes de préstamos, cuyos términos a penas son del conocimiento del incumbente y el personal financiero envuelto en dichas transacciones.
De manera segura se conocen y hacen públicos los fines. Son préstamos que no están sujetos a una estricta supervisión o auditoría, cuyo destino final escapa a la suma que, finalmente, autorizan y erogan las entidades financieras.
Habría que ver de qué manera los organismos competentes, incluidos el Ministerio de Hacienda, la Cámara de Cuentas y otros órganos reguladores se interesan más en llevar controles y mejor uso del dinero público. Eso ayudaría a no dejar para última hora la fórmula de pagar la regalía navideña con dinero prestado.