Presidentes buenos y bien intencionados
Porque…”El hecho de que no tengas interés en la política,
no significa que los políticos no tengan interés en ti”.
«Para mí, una nación que trate de lograr más
prosperidad a base de impuestos, es como
un hombre metido en un cubo y tratando
de elevarse tirando del asa».
W. Churchill.-
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Podemos emitir mil juicios de valor y todos pueden ser justos como injustos. Es posible que una parte sea cierta y la otra falsa, porque cada vez que emitimos este tipo de opinión, siempre estarán presentes nuestros instintos y percepciones, con todos los prejuicios que estos acarrean.
Excelente sería que cada vez que hablemos de alguien, nos miremos en el espejo y grabemos lo que decimos y una vez hecho, cambiemos el nombre y pongamos el nuestro para pensar si nos gusta o no, y en ese momento, te darás cuenta de tu sentido de justeza y pensando así, es que expreso lo que a continuación, creo.
Dicho esto y aun siendo doloroso, podemos referirnos a los partidos sustitutos o emergentes, con ansias locas de ocupar un lugar en el terreno de juego, que es el Estado. La gran mayoría de estos, parten de falsos principios que los han llevado a obtener, hasta ahora, solo resultados contrapuestos. Inclusive, muchos de esos nuevos aspirantes a ser jefes del embrollo que llaman país, han llegado a creerse que un decreto los convierte en líderes, de esos que dan y dan lo que no es de ellos; en persona muy importante moral y socialmente aceptable pero, se equivocan, porque continúan siendo las mismas lacras, pero con traje y nuevos escuderos.
Quizás pretendamos demasiado al aspirar a una nueva camada de políticos sin sombras, con ideales progresistas inspirados en el bien común y tal vez, esa pretensión sea una aspiración utópica, fantasiosa, irrealizable, al menos, por mucho tiempo, pero, aun así… ¿por qué no?
Es posible, que nuestro mayor problema en la política, sea el componente, los agregados, la corte, esto es, quienes se enganchan a la política y dolería -aun sea cierto-, lo expresado por SilberschatzGalbin, de que los abogados ociosos tienden a convertirse en políticos. Por lo que mantener a los abogados ocupados, tiene cierto valor social. Porque, como completó Charles de Gaulle, estos nunca creen lo que dicen, y se sorprenden cuando alguien sí lo cree.
Y según vemos, muchos de los “suplentes” siguen el mismo camino de los viejos políticos enquistados como parásitos en determinadas “franquicias” y comités, llegándose a creer, que en verdad, democracia es lo mismo que clientelismo. Con ese concepto, solo nos jodimos, porque sería así como, Malpica por Quevedo y Quevedo por Malpica.
No queremos desprendernos del lastre que significa esta política clientelista, -sin hablar del clientelismo militar y policial, porque ahí sí es verdad que se le retuerce el rabo a la gata- aunque todo es lo mismo, es la misma desgracia que nos hunde en la defección, en la miseria física y moral y que nos envuelve en esa oratoria engañosa de los políticos viejos y nuevos. Crean circos para distraer la atención sobre el fin último. Desarropados de todo, menos de dinero, dizque pretendiendo ser Presidentes de la República, a sabiendas que todo es un ardid, gastando una millonada que tampoco proviene de sus bolsillos sino, de quien está destinado a ser lo que habrá de ser.
Los Padres de la Patria nos legaron una nación, una patria, un país, el cual no se sostiene por sí solo. Hay que defenderlo tanto de sus malos hijos como de las amenazas de afuera. Con eso, solo hacemos lo que han hecho otros tantos orgullosos dominicanos que nos precedieron y por los cuales existimos aun.
Tenemos una república que se tambalea al borde del precipicio moral y, no precisamente porque hayamos tenido en las últimas décadas Presidentes malos, mediocres o peor aún, enfermos corruptos. No señor,consideramos que los hemos tenido buenos, muy buenos y quizás hasta excelentes y bien intencionados. ¿Entonces, dónde radicaría el problema? ¿Será quizás que los presidentes han descansado o dejado la responsabilidad del mando en un grupo arribista de privilegiados, amparados por esos hilos ocultos de esos poderes fácticos y contra los cuales no han podido luchar? ¿Será eso?… Humm… De todas maneras… ¡Sí señor!
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