CIUDAD DE MÉXICO.-El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador utilizó su primer día completo en el poder para reiterar su promesa de desplegar a las fuerzas armadas para la seguridad pública, enfrentando así una preocupación crucial: la violencia desenfrenada y el aumento en los homicidios en el país.

En declaraciones ayer frente a hileras de generales en el Campo Marte, una instalación militar bañada por el sol en uno de los vecindarios más elegantes de la Ciudad de México, el mandatario dijo que la reestructuración de las fuerzas armadas es “indispensable” para hacer frente a la difícil tarea de lograr que México sea más seguro.

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía de México registró 31,174 asesinatos en 2017, la mayor cantidad desde que se comenzaron a llevar registros en 1997, incluido del año en el que la guerra contra las drogas estaba en su máximo nivel en 2011. La tasa de homicidios el año pasado fue de 25 por cada 100,000 habitantes, cerca de los niveles de Brasil y Colombia de 27 por cada 100,000.

El plan requiere una reforma constitucional que permitiría que la Infantería de Marina y el Ejército formen una Guardia Nacional para realizar labores policiales en gran parte del país.

El mes pasado, la Suprema Corte de México derogó una controversial ley promulgada el año pasado que creó un marco jurídico similar, determinando que la medida era un intento inconstitucional para normalizar el uso de las fuerzas armadas en la seguridad pública.

La arraigada corrupción e ineficiencia entre las fuerzas policiales provocó que desde hace años México se apoye fuertemente en las fuerzas armadas para combatir a los cárteles de narcotráfico en el país.

Planes de seguridad

—1— Confianza
“El soldado, el marino, es el pueblo uniformado”, dijo el presidente.
—2— Apopyo
Hubo 30 millones de mexicanos que votaron por López Obrador.
—3— Crítica
La seguridad militarizada ha derivado en violaciones graves a los derechos humanos.