Presidente Mejía

Presidente Mejía

Presidente Mejía

Llegamos al final de la historia, por lo menos de la historia de este período electoral, pues la vida sigue aún más allá del 20 de mayo.

Hoy debo recordar cómo un hombre vapuleado por una diabólica campaña que aprovechó un agujero financiero, armándose de una impresionante paciencia, de un estoico control, poco a poco, fue recobrando la confianza de los dominicanos,  y la consolidó aquel día en que con una impresionante victoria en la convención del Partido Revolucionario Dominicano conquistó la nominación presidencial.

Al alcanzar dicho hito, no quedaba otro destino que la Presidencia de la República. Y así lo ha logrado. Más allá de las frías encuestas, hemos sido testigos de un pueblo que con su calor, abrazó el eslogan de campaña ¡Llegó Papá!

El Partido Revolucionario Dominicano está llamado a regir los destinos de la nación a partir del 16 de agosto de este año; el mismo partido de las libertades públicas, ésas que ahora se ven amenazadas; el de las boticas populares, el del seguro médico de maestros, el del ISSFAPOL, que protege nuestros militares y policías; el del INFOTEP, donde tantos jóvenes han alcanzado una profesión para vivir, el de aquel que, en su anterior gestión, creó la Secretaría de Medio Ambiente, la Secretaría de la Juventud, la Secretaría de Cultura y bajo cuya directriz se promulgaron la ley de educación, la ley general de salud, y por consiguiente, se desarrollaron Senasa, Sisalril, Dida, y todas las instituciones que están llamadas a garantizar la salud de los dominicanos. El partido de éstas y otras grandes conquistas, el partido de la social democracia, evidenciada en los hechos y recordada una y otra vez en la inmortal voz de José Francisco Peña Gómez, “Primero la gente”.

Miguel de Cervantes Saavedra expresó: “la verdad adelgaza y no quiebra, y siempre anda sobre la mentira como el aceite sobre el agua”. Esta frase retumba ahora que nueva vez los manipuladores de siempre intentan confundir al electorado; esfuerzo inútil, pues la hoja de servicios del PRD está ahí, resiste el más severo e interesado análisis.              

Ha sido una batalla colosal, librada contra gente sin límites ni escrúpulos, sólo un hombre extraordinario, un autentico líder, la llevaría a cabo. Precisamente ese liderazgo es lo que demanda una sociedad subyugada por la delincuencia, la corrupción, el narcotráfico, pero sobre todo, por una galopante epidemia de inmoralidad.

Mantener el “statu quo” es legitimar el latrocinio de estos últimos 8 años; perpetuar la actual estructura es garantizar impunidad; ratificar el PLD es una bofetada al trabajo honesto y tesonero de generaciones de nuestras familias quienes sobre la base de su dedicación y esfuerzo acumularon modestos bienes, mientras los actuales gobernantes enrostran fortunas que han saqueado al erario público.

Defendamos nuestras libertades, valoremos el derecho a la pluralidad de ideas, garanticemos una mejor educación para nuestros hijos.

¡Hay esperanza! Se acercan tiempos donde la firmeza, el carácter y la imposición de valores hogareños serán nuestro guía.

Mi conciencia está tranquila al depositar mi voto por el Presidente Mejía.



El Día

Periódico independiente.

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