Santo Domingo.- La presidenta de la Sociedad Dominicana de Gastroenterología advirtió sobre los efectos letales que provoca la ingesta de bebidas alcohólicas adulteradas por metanol, que puede producir una falla hepática fulminante.
La doctora Marlene Pérez Figueroa recordó que, de por sí, el consumo excesivo del alcohol no adulterado tiene serias implicaciones para la salud de la persona, específicamente los daños causados al hígado, lo cual degenera en una cirrosis hepática.
Pérez Figueroa lamentó la gran cantidad de personas que han muerto, principalmente en la población joven, por ingerir bebidas adulteradas con metanol.
Entrevistada en el programa D´Agenda, la facultativa explicó que quienes consumen la bebida adulterada al principio sienten una embriaguez similar a la que produce el alcohol etílico normal.
Agregó que luego aumenta en exposición al cuerpo, con síntomas más allá de las 24 horas, por lo que los médicos de emergencia, familiar, Unidades de Atención Primaria, deben estar muy atentos cuando reciben un paciente que haya tomado bebida alcohólica.
“Vemos que los pacientes desde el punto de vista del tubo digestivo pueden presentar náuseas, vómitos, diarrea, y también pueden alterarse el sistema nervioso”, detalló la gastroenteróloga.
Sostuvo que, si se producen esos efectos sobre el sistema nervioso como pérdida de la agudeza visual, es porque ha habido una gran exposición al metanol.
“Y cuando ya tenemos esta alteración en la respiración, los pacientes se notan agitados con una respiración muy rápida, que es lo que en medicina se llama la respiración de Kussmaul, estamos viendo un paciente muy expuesto y que debe ser admitido en una Unidad de Cuidados Intensivos, e inclusive puede requerir asistencia respiratoria”, acotó la doctora Pérez Figueroa.
Dijo que la diarrea que produce el consumo de alcohol adulterado con metanol agrede al hígado, páncreas y los intestinos.
“Los agrede porque la diarrea es una especie de agresión, es la respuesta a una irritación intestinal, y el cuerpo se defiende con la diarrea, es una diarrea mu especifica e importante que también deshidrata a los pacientes, y como consecuencias afecta a los riñones”, indicó.
Sostuvo que el metanol puede producir una hepatotoxicidad, causar necropsia hepática y puede llevar al paciente que consume ese producto a una falla hepática fulminante.
La doctora Marlene dice que el consumo de metanol produce pérdida de conocimiento, alteraciones de las pruebas de coagulación, en definitiva, puede complicar seriamente el pronóstico y la vida de un paciente.
La doctora Marlene Pérez alerta sobre el impacto que tiene el estrés provocado por la pandemia del coronavirus en las enfermedades gastrointestinales.
“Claro que si, sobre todo en las enfermedades somáticas, nosotros los gastroenterólogos somos de los muchos médicos que referimos a nuestros colegas psiquiatras y psicólogos, porque hay enfermedades psicosomáticas que afectan las vías digestivas y una de ellas es el síndrome de intestino irritable”, apunto.
Aclaró que previo a eso los gastroenterólogos descartan lo que se llama organicidad, es decir que no haya una causa orgánica que explique que el paciente tenga diarrea, estreñimiento, dolor abdominal o acidez.
“Hay síntomas que pueden exacerbarse en un periodo de estrés, hay mayor cantidad de ácidos a nivel digestivos, porque hay una vía que tiende a producir mayor adrenalina y eso afecta unos receptores que tenemos a nivel digestivos que aumentan mucho más la cantidad de acidez que pueden tener los pacientes”, explicó.
La presidenta de la Sociedad Dominicana de Gastroenterología aclaró que ese fenómeno no solo se da en los pacientes, sino también en los médicos, porque en medio de esta pandemia se han sometido a mucho estrés.
Dijo que una gran cantidad de galenos están sufriendo de estrés, y de todos esos problemas detallados anteriormente, por lo cual han tenido que manejar esa parte que les afecta emocionalmente.
“Ver pacientes morir en estas situaciones, tratar de tranquilizarlos, estimulándolos a que tengan un pensamiento positivo, en eso debemos esforzarnos, pero también los médicos estamos agotados”, lamentó la doctora Pérez.
Sostuvo que, en el caso de los gastroenterólogos, aunque ninguno ha muerto, pero si ha habido una gran cantidad de infectados por el coronavirus.
Retornando al tema del estrés, recordó que el Síndrome del Intestino Irritable está muy ligado a las emociones, y hay muchas gastritis que también son emocionales.
“Hay personas que se alteran a través del tubo digestivo, y se expresan mucho cuando están estresados, y se manifiestan vía ese tubo digestivo”, sentenció.
Insistió en que los gastroenterólogos deben comprobar que no existe una enfermedad del tubo digestivo, y que es una parte que está normal somáticamente.
La presidenta de la Sociedad Dominicana de Gastroenterología Marlene Pérez definió como una bomba de tiempo para la salud de la población consumir alimentos de los que se preparan y venden en las calles.
“Sobre todo asociado a enfermedades diarreicas agudas, intoxicaciones alimentarias que pueden llevar a ingresos de pacientes y provocar una deshidratación severa”, advirtió.
La facultativa agregó que esa ingesta de alimentos que se venden en las calles provoca muchas salmonelosis, toxinas, diarreas virales y mucha intoxicación alimentaria por parasitosis que, como la amebiasis, pueden llevar a un paciente a un ingreso y descompensar aquellos que vienen con enfermedades previas.
Dijo que también se puede adquirir helicobater pylori porque alimentos que están contaminados con la materia fecal pueden entrar al organismo a través de la boca.
“Siempre han sido una bomba de tiempo, y siempre van estar asociadas a esas enfermedades diarreicas agudas que podemos tener en nuestro país”, insistió la galena sobre los riesgos en que se incurre al ingerir alimentos de los que se preparan y venden en las calles.
Sobre el enfrentamiento que hay entre las Administradoras de Riesgos de Salud y las Sociedades Médicas Especializadas, la doctora Pérez dice que la lucha de los galenos no es solo por un incremento en el pago de consultas y procedimientos a los afiliados, sino también para que los asegurados reciban el catálogo de servicios asistenciales que merecen.