SANTO DOMINGO.-La población dominicana envejece y parece estar llegando a la meseta de su vitalidad expresada como tasa natal.
Esto no lo dice el boletín censal entregado este jueves por la Oficina Nacional de Estadísticas, pero subyace en su segunda página.
Bajo el título “Evolución de la población de la República Dominicana 1950-2022”, la ONE señala que de los registros del censo de 1950 a los del 2022 se saca a la luz que “la población dominicana creció 5.04 veces”, al pasar de 2 millones 135 mil 872 habitantes en el año 50 a 10 millones 760 mil 25 el pasado año 22.
Y es cierto, pero este es un resultado numérico.
La realidad que debe ser atendida se encuentra en el cuadro incluido a continuación, con la tasa de crecimiento respectiva de la población por decenio de aplicación de censos desde el año 50 del siglo pasado hasta el 22 de este siglo XXI.
Nacen menos, viven más
Según datos de la ONE colgados en su portal de la internet, la esperanza de vida al nacer del hombre dominicano es, al iniciarse el segundo quinto del siglo XXI, de 72 años, y de la mujer, 78.
En el año 1960, cuando los cambios que se producían en la sociedad dominicana pasaron de ser paulatinos a la aceleración en varios campos a la vez (una revolución), la esperanza de vida al nacer de un hombre dominicano era 48 años y el de una mujer 52.
La reducción pronunciada del crecimiento poblacional a partir del lapso censal 1993-2002, cuando cayó de 2.35 % en el período anterior a 1.78 % y de allí a 1.22 % en los años de 2002-2010. Según información entregada este jueves por la ONE, la tasa de crecimiento de la población bajó ahora a 1.10 %.
Un comportamiento a la baja como el registrado en siete períodos censales consecutivos, como el mostrado en el boletín 26 de la ONE con datos preliminares del censo del año pasado se explica por la planificación familiar, el cambio de la población del ámbito rural al urbano, las emigraciones, la educación en ambos sexos y la inclusión de la mujer en labores productivas fuera del hogar.
Explicaciones
Si la mujer tiene cada vez menos hijos, ¿cómo se explica que la población haya seguido aumentando a partir de 1960, cuando creció por última vez? Por la longevidad de la gente, que tiene hoy día una alimentación más completa, mejores atenciones de salud pública y privada, por la caída en las tasas de muertes maternas y la reducción de la muerte de niños al nacer.
En los años del predominio rural en el emplazamiento de la población el registro (y el subregistro) de la muerte infantil era muy elevado.
Para el año 50 del siglo pasado alcanzaba a 164 de cada mil varones nacidos vivos y 150 hembras. Para el año 2010 era de 32 y 24, respectivamente.
La cantidad de hijos de una mujer del campo entre 1920 y 1960 era impresionante, particularmente porque empezaban a tenerlos a veces antes de los 15 y terminaban con el final de la edad fértil, que termina a los 50.
El caso cubano
Con una población de poco más de 11 millones, Cuba vive el efecto gráfico de meseta desde el año 90 del siglo pasado y desde entonces se desenvuelve en un suave sube y baja que la lleva de menos a más en su tasa de crecimiento.
Al Estado dominicano, a la nación, no le conviene el estacionamiento de la tasa de crecimiento poblacional. Contrario a Cuba, comparte la isla de Santo Domingo con Haití, un Estado en descomposición con una inmensa población flotante sobre la nación dominicana.
Desde la política ha sido levantada la amenaza que representa Haití para la soberanía y para la integridad territorial, pero más peligrosa es la tendencia a cero en que se mueve la tasa de reposición, que lleva sin remedio a una población de envejecientes que hace muchos años depende de la mano de obra haitiana para sectores importantes como el de la construcción, agropecuaria y algunos niveles de atenciones o cuidados.
Las políticas
Con los niveles alcanzados hoy día por la comunicación, particularmente a partir de los medios de internet, tras los resultados entregados por la ONE en su boletín preliminar de este jueves han salido a la luz quejas de algunas personas que no fueron contadas en el censo.
Es posible, pero es un hecho que ningún censo es exhaustivo. Siempre queda gente sin contar, unos porque no quieren, otros porque no están en sus casas y, desde luego, los que no son contados porque el empadronador los baraja. De todos modos, ¿será tanta la gente fuera del padrón como para distorsionar los resultados?
Con el registro de los que pudieron ser censados y las proyecciones de las que son capaces los técnicos de las estadísticas, el resultado de cualquier censo de hoy día será siempre bastante aproximado a la realidad y, como consecuencia, apropiado para la aplicación de políticas públicas dirigidas a la solución de problemas y a la prevención.
El interés por los resultados deja ver, sin duda, la importancia del censo en el que puso tanto empeño la ONE en noviembre pasado y contra el que fueron lanzados tantos obstáculos de opinión.
En cada kilómetro
— La secuencia
Hace un siglo, en 1920, la densidad poblacional, es decir la cantidad de personas por cada kilómetro cuadrado, era de 18. Ahora, según los preliminares del censo, asciende a 223 personas por cada kilómetro cuadrado del país.
El 50 % de la gente vive en 8 provincias
Concentración. Las regiones Valdesia, Ozama e Higuamo están delimitadas por las provincias Peravia, Ocoa, San Cristóbal, Distrito Nacional, Santo Domingo, Monte Plata, San Pedro de Macorís y Hato Mayor.
Y ocurre que, de acuerdo con los resultados preliminares del X Censo Nacional de Población y Vivienda entregados ayer, en estas ocho provincias vive poco más de la mitad de la población del país.
La región Valdesia, compuesta por Ocoa, Peravia y San Cristóbal, tiene el 9 % de la población nacional; Ozama, integrada por Santo Domingo y el Distrito, el 35.3 %, e Higuamo, que reúne a las provincias Monte Plata, San Pedro de Macorís y Hato Mayor, tiene el 6 % de la población total.
La suma de población registrada en estas tres regiones llega a 50.3 % de los 10,760,028 habitantes de todo el país. Si le sumamos La Altagracia y El Seibo sube al 58 %.