Las lágrimas hondas están saliendo bastante costosas, pues el llorar temprano en la precampaña cuesta dinero. Los precandidatos presidenciales del PLD no han encontrado mucha agua dentro del pozo y han tenido que rascarse con sus propias uñas.
Margarita Cedeño ha contado con la colaboración de algunos miembros de su partido, pero ya las alforjas empiezan a secarse y fuera de esas esferas tiene el problema de que solo hay para “dar cariño”, porque la gratitud es hacia un Leonel que también anda necesitado.
Domínguez Brito está acostumbrado a la precariedad, pero ahora es más que antes. Abel Martínez empezó con gran ímpetu, pero empieza a administrarse.